2 de marzo de 2010

Francisco Cid Xilot (+) Obrero de la fábrica "La Purísima" de Las Puentes

Bety Mora

Compartimos el testimonio que nos dio don Francisco Ortiz en el año 2007 para la sección radiofónica El Personaje Popular.

“Tengo 82 años de edad. Trabajé durante 35 años en la Fabrica Textil “La Purísima” de las Puentes. Entré a trabajar a los 15 años gracias a un señor que se llamaba Porfirio Siliceo (+), él me enseñó.
Estuve en las máquinas que se llamaban telares. Empecé con 2 máquinas, luego tuve 4 y antes de jubilarme estaba a cargo de 40 máquinas. Era tejedor. Había unas lanzaderas de madera que tenían un piquito, ahí se le metía el hilo y la introducía uno al telar, le empujaba la llave y empezaba a trabajar, iba tejiendo manta y casimires, toda la ropa se la llevaba el dueño para venderla en México.
También había 4 señoras trabajando, ellas estaban en una máquina que le decían conera, que iba enrollando el hilo. Mi trabajo era muy cansado, salía rendido, a veces trabajaba un tercer turno, de las 10:30 de la noche a las 7 de la mañana. Yo era el único trabajador de Teocelo en la fábrica, también había de las Puentes, de Coatepec y de San Marcos. Cuando entré a trabajar éramos 300 obreros, pero en el tiempo de Salinas redujeron el personal y a los que quedamos nos dieron muchas máquinas. Me retiré porque me dio azúcar y me pensionaron, pero de que yo me salí pasaron como 12 años para que cerraran la fábrica pues por la modernización ya no se vendía la ropa en México, se quedaba embodegada.
Mientras trabajábamos en las máquinas se quebraban las canillas donde estaba el hilo y como todo lo tiraban, preferí traérmelo a la casa y empecé a hacer pelotas de hilo a mano. Las vendí durante 10 años, en 5 y 10 pesos aproximadamente. Los chamacos las compraban y se iban a jugar a las calles o al campo, también las compraban los beisbolistas. Haciendo una pelota me tardaba como 15min, las hacían con una esponja, rellenándola hasta que quedaran duras, eran de un hilo muy resistente, del 18. Varios beisbolistas que compraban las pelotas ya murieron pero me decían que practicando con estas pelotas se hicieron buenos beisbolistas”.

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