6 de abril de 2008

¡Dime cuándo tú vendrás!

El hospital de Teocelo carece de equipamiento y servicios.
Foto: Pablo Romo

Por: Dra. Rosa Olivia Pozos
Como dice la canción, “dime cuándo, cuándo, cuándo”. Recientemente tuve la oportunidad de valorar la “otra cara de la moneda”. Estuve en el Hospital de Teocelo, como en tantas ocasiones igual que ustedes, algunas como familiar de un paciente, otras como paciente, unas como impaciente y otras como responsable de una institución. En fin, dicen que se habla como va en la “feria”. Hoy quiero expresar de lo poco que nos damos cuenta cuando acudimos a una consulta por urgencia o por mero trámite. Nos gana el egoísmo de querer la atención inmediata porque a mí me duele, o a mi mamá, o papá está grave.

Seguramente la mayoría de los habitantes de esta región (Ixhuacán, Cosautlán, Ayahualulco, y sus comunidades) han necesitado de los servicios del personal que asume la responsabilidad de atender a cada uno de los que acuden, con todo y las carencias que tienen en materiales de curación, medicamentos y ni hablar de personal especializado (ginecólogos, anestesista, pediatra, etc.). Me refiero hoy específicamente al área de gineco-obstetricia, de los partos intrahospitalarios, que ante situaciones imprevistas o complicaciones durante el alumbramiento, es necesario se tengan las condiciones óptimas para esperar al recién nacido.

Es indispensable entender que durante un parto pueden presentarse complicaciones inesperadas, desde una hemorragia o circular de cordón (traer el cordón umbilical enrollado en el cuello), o alguna otra circunstancia que haga necesario realizar una cesárea. Esta amerita personal especializado, por lo que hay que trasladarse urgentemente a otro hospital más completo donde haya por lo menos el cirujano.

Déjenme decirles que esto no sólo sucede en el Hospital de Teocelo. ¡¿Cómo es posible que en Coatepec, Pueblo Mágico, TAMPOCO HAYA GINECOLOGO EN SU HOSPITAL CIVIL para atender un parto de alto riesgo?! Ginecólogas, ¿qué pasa?, ¿Será que no quieren trabajar en esta zona? Y en Xalapa ni se diga, ahí el problema es otro. Señora, si lleva hemorragia por amenaza de aborto, se aguanta.

Es común escuchar “ya no hay camas”, y algunos empleados hasta lentes oscuros llevan para impactar más en la recepción y no se ponga necia de querer que la revisen aún cuando sienta que ya viene el bebé. Si las gafas no le asustan, la dejan hablando sola. ¿Qué es lo que origina que estos servidores públicos traten sin consideración a las futuras mamás?

No hay la infraestructura necesaria en los hospitales públicos como el Civil de Xalapa, por no mencionar el CEM o el de Maternidad. ¿Hasta cuándo seguiremos quejándonos, o aguantándonos? Dime, ¿cuándo tú vendrás?, dime ¿cuándo?, ¿cuándo?, ¿cuándo? Asumamos las responsabilidades que nos corresponden.

Por otro lado, sabiendo que tenemos derecho a una atención médica digna, segura para todos, preferimos generalmente “ahorrar tiempo” y gastar dinero en el médico particular pensando que será de lo mejor. Me sorprende ver que consideran normal lo poco que reciben a cambio en esa atención “particular”. Pagan bien y no hay molestia alguna de estar fuera del consultorio, esperando en la banqueta hasta que llegue el turno de pasar. Es más frecuente cada día encontrarse gente de diferentes lugares, cansados, enfermos y casi hasta el desmayo, encuclilladas en un rincón del famoso doctor que viene de no se desde dónde pues tarda tanto.

Se ha preguntado si en caso de accidente o cualquier situación médica imprevista por la que tenga que ir al hospital, ¿habrá lo suficiente para salvarle la vida? “Mientras no me toque no me preocupo” ¿Estamos concientes de la crisis que pasan los servicios médicos de estos rumbos? ¿Por qué sólo nos enojamos y criticamos?

La jurisdicción sanitaria número 5 de Xalapa recibe sólo las impresiones que divulgamos de aquellos que trabajan cansados de atender parto tras parto, o accidentados o mal atendidos. Queremos que ellos además aparezcan más camas, más batas, más de todo lo necesario en el momento y luego nos olvidamos. ¿Y nuestra participación en serio, cuándo?

Hagamos algo. Porqué no conversamos con nuestras autoridades municipales, hacemos un comité de ciudadanos responsables y vamos a la jurisdicción sanitaria, con escritos y firmas solicitando más personal para el hospital, cuadro básico de medicamentos suficiente, material de curación mínimo. O mejor a otra instancia, con nuestros representantes institucionales como los diputados o gobernador para que haya personal médico especializado, principalmente en estos lugares, así no molestamos en la capital del estado. O mucho mejor, formemos una asociación civil, un frente común con médicos, enfermeras y promotores de salud que somos todos, y en esta región ponemos el ejemplo como vigilantes de esta situación. Actuamos y fortalecemos a los que ya están concientes de la problemática. Que nuestro hospital sea una institución de calidad y eficiente como la merecemos. Ayudemos a que consideren éste en la distribución de recursos humanos y materiales para la salud integral de los habitantes de esta zona. No sabemos cuándo nos puede tocar, o ¿usted qué dice?…

Un reconocimiento sincero a la enfermera Francis, Carmelita y la siempre amable Elizabeth, trabajadora social que igual que muchos otros tienen años esperando su comprensión por la atención que dan. Por ellas, muchos de sus hijos y familiares han superado problemas de salud y si en ocasiones no va tan bien, no está en sus manos resolver inmediatamente.

(1 de marzo de 2008)

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