15 de septiembre de 2015

YO SÓLO SÉ QUE NO CENÉ

 Juan Bozzano

Yo sólo sé que no cené…pero si me desayuné a Manuela Carmena de Madrid, Ada Colau de Barcelona, “el Kiki”, de Cádiz, nuevos alcaldes de sus respectivas ciudades.

Los Alcaldes Populares de España salvando al Mundo de su peor crisis demográfica y migratoria desde el inicio y fin de las dos Guerras Mundiales: la migración masiva, desesperada, de sobrevivencia de África hacia Europa a través de lo único que les une: El Mare Nostrum.

Miles de ahogados redimidos por dos fotografías: la de un niño ahogado en las playas de Turquía, y su padre llorando…

Europa se redime, a pesar de l@s Merkel, l@s Hollande, l@s Rajoy; los alcaldes populares, los movimientos populares de España y Europa, reaccionando, aplaudiendo, acogiendo a los maravillosos y heroicos miserables de África, de América Latina, de Asia, producto de cinco siglos de saqueo, colonialismo e imperialismo Occidental (si es que ampliamos a Occidente a Norteamérica, como ya lo hace el  sentido común y la Historia de los vencedores, hasta hoy), ahora masivamente invadidos por sus ex esclavos negros y africanos, que ahora inclusive desgobiernan al principal imperio: Los Estados Unidos de América. Pronto, quizás, también logren gobernar Europa; esperamos que sea para bien de toda la Humanidad; la esperanza de los vencidos transformada en venganza dulce, amorosa, entre conquistadores y conquistados, entre vencedores y vencidos, entre opresores y oprimidos…Sin necesidad de ningún Tío Tom en La Casa Blanca…

Por puro amor al prójimo como a uno mismo.

Pero, mientras tanto, en nuestro país y región, los mismos poderes hegemónicos y sus aliados internos que desgobiernan a África y Europa, nos destruyen, explotan y marginan; como muestra, queremos citar sólo dos ejemplos: la masacre de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero en México, y la migración de Sur y Centroamérica a Norteamérica (pasando por México).

La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014 en el municpio de Iguala, Guerrero, produjo una “verdad oficial”, acuñada por el ex Secretario de Gobernación, Murillo Caram: que los cadáveres habían sido incinerados en el cercano basurero de Cocula, y arrojadas las cenizas en un río cercano. El “Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos” (GIEI-CIDH), en las conclusiones de su investigación independiente señalan que estos hechos no pudieron suceder allí, debido a que (según también dijeron científicos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM), la quema de 43 cadáveres hubiera dejado una huella mucho mayor; los ingenieros de la UNAM llegaron a señalar que hubieran sido necesarias 300 toneladas de llantas para lograr realizar exitosamente dicha incineración, y no quedaron huellas o residuos en el lugar señalado de semejante magnitud.

La verdad oficial quedó severamente descalificada.

La migración Sur-Norte en América también produce algunos ahogados al cruzar el río Bravo, frontera de México y Estados Unidos, pero fundamentalmente la mortandad se da al cruzar los desiertos, sobre todo el de Arizona, y en este caso suelen ser por deshidratación. Ahogados o deshidratados, los migrantes del Mundo tienen que, primero arriesgar sus vidas, si es que quieren ser parte del sueño europeo o norteamericano; la conexión es indudable: el padre Sirio de Aylan. Primero había solicitado su asilo en Canadá y, al no obtenerlo, es que se lanzó a la travesía mediterránea, en la que perdió a su hijo, hija y mujer; después de su tragedia, ya trágicamente despojado de su familia, Canadá terminó por concederle el derecho de asilo que originalmente había solicitado y le había sido denegado antes de emprender su aventura mediterránea, y que él rechazó al señalar que ya su único deseo era ir a enterrar a su familia en su tierra, Siria…

¿No demuestra el ejemplo anterior que la migración del Sur al Norte forma parte de un solo río de humanos a nivel global? 

La tragedia humana es una sola; la comedia que nos hace sonreír felices parece que solamente la encontramos en algunos paraísos o en instantes de alegría que nunca faltan en cualquier vida, por más miserable o desafortunada que esta sea…Cómo decían los gladiadores en el imperio romano: “Morituri te salutam” (“los que vamos a morir te saludamos”).

Creo que para ser felices tendríamos que aceptar, de corazón a corazón, que sólo el amor a la verdad nos hará libres…y la frágil libertad seguramente es el único tesoro que podremos conquistar en nuestras frágiles vidas.

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