Mariana Riveros
Las formas de contribuir a la protección de nuestro entorno natural son muchas. En la emisión 173 de Altavoz, compartimos 4 alternativas con las que podemos gozar del canto libre de las aves y las razones por las cuáles es más justo preferir una jaula vacía antes que un ser vivo prisionero.
Cerca de nuestras comunidades, todavía se practican actividades que atentan contra el equilibrio ambiental de la zona. Las aves que tienen su hábitat en la región, así como las aves de paso que buscan por aquí un sitio de descanso, son presas de la acción humana. El respeto a la vida animal es un compromiso que debemos asumir todas y todos. Tres verbos que debemos comenzar a erradicar, son:
Cazar. Practicar la cacería NO es un deporte. La vida de los animales NO es un trofeo. Molestar a las pájaros tirándole de piedras NO es un juego. No practiques ni fomentes la cacería, evita adquirir productos deribados de esta actividad. Cuida y protege la fauna de tu región.
Capturar. Nadie debería ser esclavo de nadie, el ser humano se ha creido con la autoridad de privar de su libertad a otros seres vivos. Tal autoridad no existe, así que permite que estos animales sean libres. Evita comprar aves enjauladas, si lo haces estas propiciando que esta actividad cotinue siendo retable y se continue practicando.
Vender. No se puede lucrar con la vida de seres vivos. La mayoría de las veces, las aves en venta son sustraidas de su habitat natural, agrediendo su hábitat y alterando y poniendo en riesgo la vida de sus crías al dejarlas sin el cuidado de sus madres. No compres aves enjauladas.
Si no practicas, ni apoyas ninguna de estas actividades estas facilitando una vida en armonia con nuestro entorno natural. También puedes ayudar platicando sobre estos temas con tus vecinos o tu familia y sencibilizar a quienes aun dañan de alguna manera la vida de otros seres vivos.
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