Edith Peredo
La doctora María Amelia Reyes Seáñez, presidenta del comité directivo de la Asociación Civil de Colonos del Fraccionamiento Campestre y Residencial La Orduña, informó en entrevista que desde hace tiempo tienen tres peticiones que no han sido solucionadas, la primera de ellas es la no instalación del gasoducto industrial cercano a las viviendas, mismo que surtirá de gas a Nestlé y Coca Cola, además del retiro del taque de gas estacionario de 150 mil litros ubicado en el predio de la fábrica Nestlé a menos de 90 metros de las casas más cercanas y por último, el no paso y destrozo del camino a la Orduña por los más de 200 tráileres que pasan a diario, cuyo peso oscila entre 50 y 60 toneladas cada uno y que ponen en riesgo la vida de quien circula por el lugar.
Sobre el gasoducto, la presidenta del comité explicó que están contra la instalación del ducto cerca de las viviendas, sin embargo no están en contra de la “modernidad” como se ha dicho en varias ocasiones.
“Si hablamos de las condiciones del suelo por donde va a pasar el trazo, se reconoce como zona 3, es decir área de menor estabilidad. Es un suelo blanco y poco estable, lo cual elevaría la posibilidad de un siniestro de grandes consecuencias pues el suelo no es duro y genera un punto importante a considerar en cuanto a riego geológico”.
Dijo además que la empresa que instalará el ducto industrial, no ha precisado en ninguna de sus reuniones “públicas”, los riesgos geológicos que son de importancia para la instalación. Añadió que como vecinos han estado al tanto del Atlas Municipal de Riesgo de Coatepec, es de ahí de donde han obtenido los datos precisos para afirmar que La Orduña se encuentra en riesgo ante tal proyecto.
Además, comentó que el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) contiene información sobre las válvulas donde se hacen los cambios de regulación de la presión y hablan de posibles riesgos de explosión a un cien por ciento.
“El riesgo es grande porque el siniestro abarcaría casas habitación de Coatepec y se aumenta el peligro al tener dos gasolineras cercanas, las consecuencias serían mayores. Por un lado tenemos riesgos geológicos, por otro que La Orduña según el programa actual de conurbación se especifica que es una comunidad campestre (barrio 38) en donde no debe haber ninguna infraestructura urbana, y un gasoducto obviamente lo es, entonces al introducirlo en un barrio como el nuestro estamos violentando la norma”.
Asimismo, la presidenta del comité aclaró que mientras la empresa afirma que el ducto después podrá abastecer de gas a casas habitación, la acción sería imposible pues el mismo MIA dice que el ducto será de tipo industrial. Argumentó que según la Norma Oficial Mexicana NOM-007- 2010 que habla de la Transportación de gas natural, hay condiciones particulares para proyectos como el que se pretende llevar a cabo y que la gasera no está tomando en cuenta.
“La presión, las dimensiones, las pulgadas, el grosor, todo cambia. En la misma Norma 007 se establecen características y condiciones que determinan lo industrial de lo habitacional. Son cosas completamente diferentes. Tenemos dos realidades que no son complementarias, o es una o es la otra, este ducto va directo a la Nestlé y a la Coca Cola”.
Por su parte, la licenciada María del Carmen Gallegos, integrante de la misma asociación y vecina del fraccionamiento residencial dijo que han escuchado y leído en varios medios de comunicación que ellos como ciudadanos están impidiendo la modernización.
“Considero que no es así, no estamos en contra de que a las empresas se les brinde el servicio de gas natural industrial, sin embargo el problema no es que lo hagan sino como se está ocultando información al público. No hay una participación real ciudadana al respecto y en un momento dado, si quiere hacerlo, háganlo, pero cambien su trazo. No queremos ser una estadística más y que el gobierno se lave las manos, es momento de que se pongan la camiseta de que son representantes de la ciudadanía y no nada más queriendo el mejoramiento de empresas”.
Gallegos dijo que Nestlé ha tomado como argumento que ellos llegaron primero al lugar y por ende, pueden tomar decisiones para seguir mejorando sus niveles de producción sin tener que preguntar a la población que ahora vive a su alrededor.
Sobre el retiro del tanque de gas estacionario, Reyes Seáñez indicó que hasta el momento no existe ningún registro de autorización del tanque estacionario por parte de Protección Civil Estatal. La licenciada Gallegos agregó que en 2014 lograron ver el tanque que se encuentra a cien metros o menos de las casas habitación.
“Es un peligro porque no sabemos que pueda suceder, la empresa dice que tienen todas las medidas de seguridad pero nuestra pregunta es ¿Cuándo se les otorgó un permiso?, ni Protección Civil ni el ayuntamiento de Coatepec, nos han respondido”.
Como última petición, los colonos solicitan que los tráileres que van a la Nestlé dejen de transitar por el camino campestre, mismo que se ha vuelto intransitable y está llenos de baches que se han agravado con las últimas lluvias. Hay que recordar que los vecinos cerraron la vía hace algunos meses para impedir el paso de dichos vehículos. Fue entonces cuando intervino la subsecretaría de gobierno del Estado para firmar un acuerdo de vigencia de tres meses entre Nestlé y los colonos, donde la trasnacional se comprometía a realizar cambios en la circulación para mejorar la situación, sin embargo el acuerdo no se respetó.
Amelia Reyes comentó que los colonos realizaron una propuesta para que Nestlé aceptará ciertos cambios que ayudaran al bienestar tanto de la empresa como de los vecinos, sin embargo la trasnacional no acepto el acuerdo. Posterior a ello, se realizó un segundo documento para ser firmado por la subsecretaría de gobierno, Nestlé y los colonos pero de nueva cuenta los ofrecimientos no fueron aceptados. Uno de los puntos propuestos fue la construcción de un nuevo camino para el paso de tractocamiones directo por el libramiento de Coatepec.
Nestlé respondió a los pobladores del camino a La Orduña, con un documento que pretende la firma de un “Convenio de concertación para constituirse en un comité de contraloría social entre la misma empresa, subsecretaria de gobierno y colonos (…) para que analice, proponga y de solución de manera corresponsable y propositiva a los conflictos sociales que existen en la zona aledaña a la fábrica Nestlé”.
Los vecinos se han pronunciado en contra de la firma de dicho convenio pues agregan que sería firmar los “errores que Nestlé y el mismo gobierno del Estado tienen en cuanto a la correcta interpretación de las normas mexicanas que impiden el paso de vehículos de carga pesada por el camino a La Orduña y que además podría dar pie a futuros litigios para que la empresa haga valer el principio del primero en tiempo es el primero en derechos”.
Además que la figura de Contraloría Social según la Ley General de Desarrollo Social se define como “El mecanismo de los beneficiarios, de manera organizada, para verificar el cumplimiento de las metas y la correcta aplicación de los recursos públicos asignados a los programas de desarrollo social”, y en la propuesta del nuevo camino, no se utilizará ningún tipo de recurso público, por tanto la figura de contraloría no aplica.
Algunos vecinos están de acuerdo con la firma del convenio y se ostentan como representantes de la totalidad de los vecinos para aceptar la formación de la contraloría, sin embargo “La Asociación se deslinda de cualquier acción o toma de decisiones que en algún momento puedan hacer algunos de los denominados representantes del comité ciudadano”.
A raíz de las recientes propuestas, el grupo de colonos está dividido y bajo dicha perspectiva queda en entredicho la legalidad y/o legitimidad del comité ciudadano y de quienes podrían firmar la aceptación de la contraloría que propone el gobierno y Nestlé, pues antes se debe llevar a cabo un consenso entre los mismos integrantes del fraccionamiento campestre y residencial.
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