6 de agosto de 2015

EL PUENTE, TESTIMONIO DE AUTOGESTIÓN COMUNITARIA [CRÓNICA]


Elfego Riveros

Un testimonio de vida y dignidad, es el  que contiene la película “No se puede pasar”, que relata la hazaña de hombres, mujeres y niños de Ticuauhtipan y sus alrededores, para construir un puente que les perimitiera bajar  a Xico a vender quesos, elotes y  flores, comprar otras mercancías y trasladar a sus enfermos.

También conocida como “El Puente”, la cinta encierra un caso de la vida real de los años 70's, cuando los habitantes de esos lugares se propusieron resolver el problema de la crecida del río en tiempo de aguaceros, que siempre se llevaba un sencillo puente de tablas, de madera,  sobre una barranca de 40 metros de profundidad, dejando aisladas a las personas por días, semanas o meses.

Sin ayuda de gobiernos, partidos o candidatos, cuando no existían el internet, los celulares, las ONG's ni los recursos del Ramo 33 para financiar obra pública, la gente demostró tener ingenio, capacidad de organización y amor a su pueblo, para salir adelante por su propio pie. Inédito caso de autogestión comunitaria.

El puente se construyó hace más de 35 años, entre los años 1977 y 1979. La historia la conocieron investigadores del OSTROM/Francia entre los años 1987 y 1989, que a su vez  propusieron documentarla con el apoyo de Radio  Universidad Veracruzana y el Centro de Estudios Agrarios, en 1991. Hace 24 años.

Considerado como un docuficción por Felipe Casanova, su director, y Darío Díaz, fotógrafo, la historia real fue recreada o actuada por los propios habitantes de la comunidad, que en los hechos fueron los mismos estrategas y realizadores de la obra material, asesorados por el ingeniero Franklin Rendón, hoy vecino de Xico, quien considera que “cuando las necesidades son concretas, la comunidad echa mano de sus propias capacidades para resolverlas”. Los gobiernos están rebasados.

Los señores Enrique y Marcos Lozada, entre otros, son los principales actores y narradores de su propia historia, llena de sueños y realizaciones, pero también obstáculos, amenazas y conflictos, como tener que ir a la cárcel por estropear las azaleas de una rica hacendada, mientras se construía el puente anhelado en los linderos de su propiedad (Esos indios me van a conocer).

Tirados a locos por algunos de sus propios vecinos y advertidos por el clásico burócrata de que era mejor “comprar un billete de lotería” que pensar en hacer el puente con recursos propios o la ayuda del gobierno, los habitantes de esas comunidades no se desanimaron nunca y más tarde lograron también su propio camino y hasta el servicio de transporte público.

Con duración de 40 minutos, la edición remasterizada de “El Puente” se presentó la noche del domingo 19 de julio en Los Portales de Xico, en el marco de las fiestas patronales a Santa María Magdalena. Habrá dos proyecciones más, durante el mes de agosto: una en el Museo de Antropología de Xalapa y otra durante el Noveno Aniversario de Teocelo Te Ve, en las inatalaciones de Radio Teocelo, para animar la organización ciudadana y encontrar una vía alterna a la Barranca Matlacobatl o construir un nuevo puente para pasar a Xalapa.



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