AGUIJÓN COATECANO

Oscar León

Están pasando circunstancias extrañas en los terrenos donde se lleva a cabo la feria de Coatepec. En principio cada vez es más pequeño el espacio, le han ido quitando poco a poco y ahora está casi en total abandono. A pesar de que el alcalde se comprometió a darle un nuevo estilo para desarrollar un evento digno y familiar como lo era en antaño, lo más que logró Manolo fue hacer una puerta de entrada y no más, pero de poco  sirve, cuando lo que se requiere es un trabajo serio y  en manos de personas responsables y comprometidas con  la ciudadanía  coatepecana.

La presencia de Radio Teocelo en Coatepec, para transmitir el Programa de Cabildo Abierto, puso de manifiesto lo importante que es la comunicación y de lo que los ciudadanos se deben enterar respecto a diversos temas que,  sin el apoyo de la radio, difícilmente los vecinos se enteran y saben de qué forma son gastados los  recursos que de origen, son del pueblo. Los servidores públicos están obligadísimos a rendir cuentas de su actuar y la radio es quizá, el medio más eficaz,  práctico y económico para hacerlo.

Nutrida la participación de personas que dieron a conocer legítimas  demandas ciudadanas que requieren de pronta solución. El gran ausente fue el Alcalde que no se acercó a escuchar las necesidades de los Coatepecanos. Lo cual le exhibe como que no tiene ganas de escuchar y comprometerse a resolver la problemática de sus paisanos. En  fin, la radio continuará abriendo el micrófono para quien tenga la necesidad de exponer sus necesidades y estar  cerca de la gente.

Vaya grilla  interna que se vive  al interior del  cabildo de  Coatepec. Cada   cual    cuida su feudo y quiere  llevar agua para su molino. Utilizando la bandera de la gente, síndico y algunos  regidores impiden que haya manga  ancha para algunos y muy restringida para  otros. Preocupa que haya varios trabajadores que no son de la localidad y que lo único que desean es cobrar muy buenos sueldos. ¿Será?.

Continúan las grúas  sembrando el terror entre los automovilistas que por un momento tienen la necesidad de  estacionarse y que de manera arbitraria son levantados y llevados al corralón. Una ciudad que aspira a vivir del turismo no debería  utilizar este mecanismo pues lo que se  logra es ahuyentar a los visitantes. Lo que se hace evidente es que hay que  sacar dinero de donde sea y a  costa de quien sea.  Después no se quejen de que  el turismo mejor se va a Xico.