Esta carta es un testimonio que recupera la historia de mi bisabuela “Chabe”, tratando de reflejar la vida de violencia de muchas mujeres.
“Mi madre me ha contado tu historia, y ahora pensé en escribirte una carta que nunca vas a leer, pero que recupera tu historia y los momentos que viviste. Sé que no todos fueron felices. Naciste en 1909 y moriste en el año 2005, tus ojos aún vieron el siglo XXI, mi madre dice que moriste el mismo día que naciste, un 27 de junio. Te conocí ya grande y aún me cuidaste cuando yo era un niño, fuiste siempre una abuela amorosa con mi madre y con todos tus hij@s, niet@s, bisniet@s y tataraniet@s. Además de todos los sobrinos que tenías en el pueblo, puesto que tuviste una familia de 16 hermanos. Tuviste 4 hijos, dos hombres y dos mujeres, mi madre me ha contado que tú le contaste, que tuviste dos abortos, que quizá esos hijos no nacieron por la vida que mi abuelo te dio. Sé que él tomaba y le gustaba tener más mujeres, por eso siempre llegaba enojado y cuando tú le reclamabas, él se enojaba y te golpeaba hasta que tu cuerpo sangraba, y que por eso tenías los dedos chuecos, la nariz desviada y la muñeca con cicatrices. No puedo imaginar cómo pudiste aguantar una vida así tantos años.
También sé que muchas veces tenías que agarrar a tus hijos y salir corriendo por el monte y ahí en el monte dormían para que el “abuelo” no fuera a pegarle a tus hijos; pienso que eras muy valiente para protegerlos. También sé que cuando los hijos crecieron ellos te defendían y enfrentaban a tu agresor, tu marido, su padre. El abuelo trabajaba en el campo y lo poco que conseguía se lo gastaba en aguardiente y mujeres; y tú con tus hijos pasaban momentos con hambre, por eso dicen que un hijo tuyo murió pequeño, que comía tierra y se hinchó, mi madre dice que por desnutrición. Mi abuelo te negaba ver a tus padres, cuando tus padres enfermaban los tenías que visita de escondidas; en ese tiempo la mujer debía obedecer al marido.
Cuando tus hijos crecieron y se casaron, vivieron situaciones parecidas, tu hijo varón, mi abuelo, cuando se casó también le pegaba a su mujer, dicen que tú le llevabas de comer a ella y a sus hijos, pero mi abuela lo dejó, mi madre dice que eso fue mejor, “mejor vivir separados que estar en una situación de violencia”. Otra de tus hijas se casó antes de los 15 años y le fue igual, con sus tres hijas, también decidió dejar a su marido y buscar un destino en la ciudad para mantenerlas, ella se fue a la Capital y con su trabajo sacó adelante a sus hijas y siempre estuvo al pendiente de ti y del abuelo, hasta el último día de tu vida. Otra de tus hijas prefirió no casarse y dedicarse a cuidar a su padre, ya que tú apoyada por tu otra hija decidiste dejar a tu marido, después de muchos años de estar juntos y cuando tus hijos ya eran adultos. Mi madre dice que recuerda un día que tú echabas tortillas y comenzaste a reclamar a el abuelo sobre una mujer, éste enfurecido se abalanzó contra ti con un cuchillo, mi madre que era una niña le brincó por la espalda y con voz fuerte le gritó !déjala!, ese día tu decidiste salirte de la casa y no volviste hasta que mi abuelo estaba agonizando.
Pero también me ha contado que tú con tu hija que vivía en la Capital te llevó a pasear y que para ese entonces ya no pedías permiso, que estuviste en el DF, fuiste a Acapulco y viajaste en avión a Baja California para visitar a tus nietas, bisnietas y tataranietas. Eso mi madre siempre lo cuenta con orgullo, porque ella cuando era niña siempre pensó que quería una vida diferente y aún cuando ella creció separada de su madre y hermanos, dice que siempre te tuvo a ti, cuidándola con ese amor que sólo tú y tu hija soltera le podían dar, y ella se fijó la meta de tener una vida diferente. Gracias a eso, puedo decir que mi madre rompió el círculo de la violencia en la familia, ahora ella quiere que todas las mujeres puedan vivir diferente, con respeto, dignidad y libertad, y tus ojos lo pudieron ver, quizás esa fue una experiencia satisfactoria para ti...
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*Carta ganadora del Primer Lugar del Concurso “Testimonios sobre la violencia”, organizado entre estudiantes de sexto Semestre del Telebachillerato Teocelo.
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