31 de marzo de 2014

AGUIJÓN COATEPECANO

Oscar León

Hay preocupación entre los vecinos de la localidad, esto, debido a que vuelven a sentir amenazada la paz y la tranquilidad de la comunidad.
A la pregunta si hoy están mejor que antes, la respuesta es peor. Porque  antes, al igual que hoy todo sube de costo, pero por lo menos estábamos tranquilos y en paz. En estos días hasta eso se ve amenazado. Lo malo es que no se vislumbra una alternativa de solución, ni una respuesta positiva a las nuevas generaciones. Eso es lo  que les preocupa.

Continúa la crisis en el campo coatepeacano, los productos agrícolas siguen sin tener  un precio  real y justo. Cuando algunos llegan a mejorar su precio, resulta que está escaso o no hay. Como ejemplo cercano está el limón, que en la parte baja del municipio se cultiva, por Tuzamapan y Vaquería, pero no hay producción. Es difícil entender el juego perverso de los mercados que  cuando hay producto, no tiene valor, pero cuando escasea ¡uff!, el precio se va  hasta las nubes. Conclusión es, que los mercados mueven de acuerdo a intereses de los empresarios y a los productores como siempre, esperando a que haya compasión para con ellos, ninguno les da.

Da la impresión que el cuerpo edilicio no termina por encontrarle la  cuadratura al círculo. No se ve avance, no observa ese arranque  espectacular del cual habló el alcalde, ni tampoco se cumple la expectativa de darle una nueva imagen al cabildo. Lo que se cuestiona es ¿Hasta cuando vendrán los cambios prometidos?, o ¿Será que internamente hay una olla de grillos que están deteniendo el despegue del trabajo edilicio? Por lo menos es lo que se especula desde fuera.

A propósito, sería bueno echarle una mirada al papel que juegan los regidores. Históricamente, la mayoría  se ha dedicado a hacer comparsa con el alcalde, incluso se han cambiado de partido para navegar por aguas tranquilas. Eso es lamentable porque olvidan que representan un importante sector de la población que espera solución a la problemática de la comunidad. Esperaríamos que en la actual comuna no ocurra eso y que devenguen su sueldo con justicia atendiendo el mandato ciudadano. ¿Será sueño guajiro? No debería serlo.

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