Oscar León
Se ha desatado una especie de persecución contra vendedores ambulantes que parecen delincuentes quienes de alguna forma se quieren ganar el sustento para los suyos. El área de comercio del ayuntamiento les dicta consignas para que circulen y no se conviertan en competencia desleal para el comercio organizado. Queda claro que si existen los vendedores de la calles, es porque venden los productos más baratos y por ello las amas de casa le compran al vendedor ambulante. Por lo pronto, vaya tarea que tiene el cabildo de crear un lugar para que este tipo de comercio sea de manera formal.
Y uno se pregunta cómo es que a los restauranteros les permiten que obstruyan media calle y hagan uso del espacio reservado para el paso de vehículos y ahí la autoridad se hace de la vista gorda, entonces de que se trata, ¿Por qué a unos si se les aplica el reglamento y a otros no? Quizá habría que recordarle a la administración juanelista, que en Coatepec no hay ciudadanos de primera ni de segunda, si no todos parejos. Y que se mida con el mismo rasero… Eso es justicia.
Desde hace varios años se ha venido denunciando como lastimosamente se están acabando lo poco que ya queda de finca y de bosque mesófilo en la zona. Son observables los claros dentro de lo que antaño fue una finca de café y que ahora se va a destinar para potrero, sembrar caña de azúcar o hasta casa habitación. Lo malo es que ya están fraccionando lugares que están declarados como reserva, ya que es muy difícil hacer llegar los servicios para viviendas. Por lo pronto cada día que pase se percibe mayor dificultad para que las personas que viven en Coatepec disfruten del actual microclima que es invaluable para los habitantes de la zona.
Se esperaría que la actual administración municipal si informara a la comunidad sobre el manejo de los recursos, que de origen son del pueblo y que a ellos solo les toca administrarlos de la mejor manera. Y ver si logran salir de ese primer lugar en opacidad y ocultamiento de la información para convertirse en un cabildo transparente, que tiene la capacidad de rendir cuentas y abrir los libros de contabilidad al escrutinio popular, eso les reivindicaría su papel como servidores públicos. Si no hay nada que esconder lo mejor es informar, si no lo hacen siempre se despierta la sospecha de que se están canalizando de manera incorrecta los fondos, sino informan, entonces se supone que algo está ocurriendo y por ello habrá salido de la ciudad…
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