17 de abril de 2013

TERESA Y FELICITAS: MUJERES QUE ROMPEN EL SILENCIO

Azalia Hernández


“Rompieron su cuerpo a balazos para que ellas no pudieran seguir rasgando el silencio”. Expresó en un comunicado el Municipio Autónomo de San Juan Copala a propósito del quinto aniversario del asesinato de Teresa Bautista Merino y Felicitas Martínez Sánchez. Las locutoras comunitarias fueron emboscadas el 7 de abril de 2008, cerca de Putla, en la región triqui oaxaqueña. Ellas habían salido de su pueblo a realizar trabajo periodístico para “La voz que rompe el silencio”.

Desde la prensa oficial, se puso en duda su labor, las llamaron “supuestas locutoras”, “hacían periodismo primitivo”. Bety Cariño fundadora y directora de Cactus, impulsora de radios indígenas en la región triqui y mixteca declaró el 8 de marzo de 2009: “el gobierno no quiere aceptar que son periodistas, dijo que eran locutoras piratas, que no valían.”

Sin papeles y sin título profesional ellas hacían escuchar su voz en la defensa de sus derechos y cultura en un medio que formaba parte de la Red de Radios Comunitarias Indígenas del Sureste. Su labor fue reconocida post mortem al ser galardonadas con el Premio Nacional de Periodismo. Además, una Misión Internacional de Documentación sobre Ataques en contra de Periodistas y Medios de Comunicación exigió esclarecer la muerte de las locutoras.

Teresa y Felícitas, se capacitaron y después capacitaron a otras mujeres, para romper el cerco que se imponía contra el proceso de autonomía en San Juan Copala. Irrumpieron, en lengua materna, en el 94.9 de Frecuencia Modulada a través de un transmisor de 35 watts. Hablaron y recorrieron comunidades para recoger los testimonios de dolor que la violencia provocada por los gobiernos ha hecho crecer en la zona triqui.

Subversiones Agencia de Comunicación Autónoma publicó: “Felícitas… con una voz suave, casi de niña (afirman quienes han escuchado las cápsulas que grabó) hablaba de las tradiciones de su pueblo, entrevistaba a las autoridades municipales y promovía su lengua.” Teresa: “Tenía una impetuosa necesidad de hablar sobre justicia social y compartir con otros jóvenes la posibilidad de la palabra, el pensamiento y el diálogo desde las radios comunitarias.” Ambas contagiaban su fortaleza a otras y otros.

Teresa y Felícitas fueron asesinadas para callarlas e intentar detener la autonomía triqui y la creación de medios libres y comunitarios en Oaxaca. Como ellas mismas había dicho en un spot: “Eran muy jóvenes para morir”, por eso su voz se sigue escuchando y sigue rompiendo el silencio. Exigiendo justicia contra la impunidad y contra el olvido.

“La voz que rompe el silencio” se mantuvo con grabaciones hasta que fue desmantelada junto con el Municipio Autónomo en noviembre de 2009. Otras radios comunitarias se han creado en territorio oaxaqueño, y siguen siendo atacadas desde el poder que se incomoda ante las palabras.

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