17 de abril de 2013

AGUIJÓN COATEPECANO

Oscar León

Vaya que están acelerados los políticos de todos los partidos. Andan como licuadoras: muy movidos.

Y por qué no, si ahora el hueso va a durar cuatro años, bien  vale la pena el sacrificio de sacarse de la manga una serie de propuestas demagógicas para convencer al electorado. Además de invertirle a la campaña para comprar votos. Después ya veremos si resuelven lo prometido. Por lo pronto cada quien cree tener la mayoría y que va arrasar en las urnas. Lo malo es que hace tiempo que no se han resuelto necesidades apremiantes de barrios, colonias y comunidades; lo peor, es que ni se resolverán, por lo menos en el corto plazo.

El sistema de partidos ya se observa caduco, a destiempo y muy costosa la inversión para sostener la maquinaria electoral que no da los resultados esperados a favor de las mayorías. Quizá para algunos sectores de la sociedad funcionen, pero a la ciudadanía en general, no. Y en el estado está mucho peor, pues a quien ven como el patrón es al gobierno. Y velada o no, hacen ganar a quién les dicta el patrón.

Por lo pronto  a unos ya les palomearon la lista, a otros todavía no, pero todos quieren estar en la jugada y vivir del presupuesto. No han faltado, los golpes bajos, las zancadillas y la clásica marruyería muy propia de estos tiempos, para hacer ganar al mejor postor. A otros aspirantes se antoja cuestionarles si saben algo del trabajo social que representa la alcaldía y del tamaño del compromiso que se asume. Tengo mis dudas sobre si sabrán algo de estos temas.

Hay poco interés de parte de la autoridad, para llevar a cabo La Feria del Café. Se esperaría que por ser la última de la actual administración se esmerarían por recuperar la tradición de hacer una feria familiar. Lo que se filtró en los medios es que ya la consecionaron a una empresa  y que ésta será quien la organice. Por lo tanto esperemos una réplica de las anteriores: un tianguis grandote, artistas mediocres y una barra de licor enorme donde se pueda embriagar la juventud. Lástima.

Los auténticos coatepecanos lamentan mucho el estado tan deplorable en que se observa el parque municipal. Todo lleno de puestos, que representan un peligro para los paseantes, no sólo por el uso de tanques de gas butano, sino por el riesgo sanitario al consumir productos de dudosa calidad e higiene en su preparación. La autoridad, tanto civil como de salubridad, es la primera responsable de esta causa. Pero cada una anda trepada en el carretón de la contienda electoral, y así lo demás que ruede no les interesa, y pensar que cobran onerosos sueldos. !gulp!

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