5 de octubre de 2012
EL MERCADO TIENE EN BRILLO SEDUCTOR QUE PODRÍA PERDERSE, “TOCA A TODOS NO PERMITIRLO”, AVELINO HERNÁNDEZ
Oscar León
El aniversario número sesenta y siete del Mercado Municipal, debería ser motivo de una profunda reflexión para todos los Coatepecanos ya que todos somos consumidores y de una u otra forma acudimos a este sitio porque es lo que le da identidad al pueblo. Así lo dijo a ALTAVOZ Avelino Hernández, quien junto con un grupo de amigos organizaron un festival para resaltar esta fecha a invitación expresa de los locatarios del Mercado “Miguel Rebolledo”.
Diseñaron y organizaron un programa con participación ciudadana y un grupo de personas que comparten sentimientos y una amplia visión que nutre la fe y la creencia en la dignificación de estos espacios para su transformación integral, pero sobre todo la recuperación simbólica de estos sitios.
El mercado tiene un gran capital cultural que apremia recuperar. Lo vimos ahora en el evento, pues de forma espontánea se integró mucha gente de forma voluntaria y eso emociona ya que refleja el deseo de sentirse útil, de participar y de aportar.
La sociedad como tal tiene una alta responsabilidad por recuperar sus sitios de congregación y contacto humano. El festival tiene la finalidad de hacer una provocación social en el buen sentido, con una visión transparente, llena de valores. En ese sentido hay exceso de calidad, de cantidad y de creación. Ya que se unieron gente de la plástica, músicos profesionales que se solidarizan con este tipo de causas sociales. El recinto donde se llevó a cabo el festejo es un rincón cultural en donde se vende información, libros, café y ahí se desarrolló esta aventura intelectual.
Si uno entra al mercado observa que hay una pluralidad total de olores, sabores, vendimias y más. Encuentra lo mismo que verdura, frutas, legumbres, billetes de lotería, libros, jarciería, prácticamente de todo. A pesar de la modernidad que representan esas tiendas grandes que devoran al comercio pequeño, ahí está vigente este espacio que cumplió 67 años de vida.
El sólo hecho de llevar a cabo el acto de comprar y vender es un testimonio de resistencia a hacer perdurable estos espacios cotidianos, para que no se pierdan y los devoren esos proyectos consumistas y mercantilistas que poco a poco van inhibiendo el color, el sabor, el folklor que es nuestra identidad. Es nuestro patrimonio intangible que no se debe perder. Un mercado eso representa.
Pero toca a todos preservarlo. Ya que precisamente es la gente, vendedores y compradores quienes hacen estos espacios mágicos y encantadores. Seducen por su belleza al visitante y encantan con su aroma a propios y extraños.
Emocionado, Avelino nos dijo que le costó trabajo adjetivar todo lo que se sintió en este festejo. En medio de los chiles, los tomates y las cebollas es grato hacer el ejercicio de ves en cuando para recuperar nuestra memoria olfativa. Pasear por el mercado es como una terapia de relajación que todos deberíamos hacer con la frecuencia que les sea posible.
La mala nota se dio al observar que al mercado le falta una buena pintada, un buen tratamiento higiénico y hacerlo más atractivo. A lo que nuestro entrevistado menciona que eso es asunto de todos, que es un asunto de dignidad y de participación. Al mercado hay que quererlo, hay que abrazarlo, hay que apuntalarlo, antes de que se derrumbe pues con él va una parte de nuestra vida, parte nuestra historia.
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