17 de febrero de 2012

CARTA DE UN PEQUEÑO BEISBOLISTA

Querido papá:

No sabes cuánto trabajo me ha costado escribirte estas líneas; pero después de los últimos juegos hace 8 días… creo que he llegado al limite, me preocupa mucho que la derrota no la sufrí como mía, ni la victoria tampoco.

Creo que esto se debe a que en el campo no soy yo, sino el instrumento que ejecuta los actos y movimientos que tú y otros señores quieren que hagamos, no sé por qué de las tribunas e incluso dentro del campo no hago más que tocar la pelota y “caen” sobre mi un caudal de gritos de: “tira, suéltala, a primera, a home”, y cuando voy al bat no se diga, sólo oigo gritos, “a la buena, no la busques, tírale”, y qué pasa, rola al cuadro cuando mejor bateo, y en la mayoría de los casos estoy petrificado viendo pasar strikes. Te pido papá que me dejes jugar mis partidos, tu ya jugaste los tuyos y si no lo hiciste yo no tengo la culpa de tu falta  de oportunidad, por favor no me hagas el reflejo de tus frustraciones.

El otro día que veíamos el beis por la tele, te enojaste mucho porque un profesional se hizo expulsar por reclamar airadamente al ampáyer, le llamaste “bandido”, sin embargo tu reclamas al igual que otros señores todas las decisiones de nuestro ampáyer e incluso he oído insultos, tan confundido estoy que ahora reclamo, no sé si es parte del juego o no; me angustia saber que me puedo quedar sentado, repetir el vicio que veo en los adultos, incluyendo a los de las ligas mayores, pero sobre todo a ti.

Por último papá; no habría manera de que antes del juego me indiques qué debo hacer y al finalizar el partido me señales los errores cometidos ¿para tratar de corregirlos?

Yo sé que sabes mucho de béisbol, podrías regalarme algo de tu tiempo y enseñarme tus secretos fuera de los juegos de la liga, en los entrenamientos, todo es para que en el momento de jugar yo me sienta responsable de mis victorias, y que me importan mis derrotas. No me quites creatividad, te aseguro que soy capaz de resolver los problemas que los del otro equipo plantean, de ninguna manera quiero que esta carta te aleje de mi, yo te quiero ver sentado en las tribunas oyéndote a ti y a mamá, “vamos hijo, adelante, mucho mijo, “ra, ra, ra”,  así como grandes porras a los dos equipos. Te  recuerdo que todos estamos haciendo el mejor esfuerzo para salir victorioso. Ahhh, se me olvidaba, no me diga que cambie las cosas que ordena el manager, él es el manager y se equivoca, que se equivoque él, no tú. Terminando quiero compartir mis victorias y quiero tu consuelo en las derrotas, no es mucho pedirte papá, sólo déjame ser yo.

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