Verónica Carrillo
Sé que ustedes no derrochan la comida, que son bien planificadas para las compras de alimentos para la familia, pero nunca están de más unas observaciones:
El 20 por ciento de la comida que compramos, tanto fresca como envasada, termina en la basura debido a una planificación deficiente.
Buena parte del presupuesto mensual de las familias, parejas y personas que viven solas se destina a adquirir los alimentos y bebidas que preparan en sus casas. Es un gasto inevitable, del cual depende nuestra salud, y en el que invertimos mucho tiempo y dinero.
En épocas de estrechez económica como la actual, cualquier ahorro en la alimentación, sin que ello resienta la calidad de la nutrición ni la variedad y equilibrio de la dieta cotidiana, será bienvenido para los bolsillos de los consumidores.
A la hora de economizar en alimentación, solemos centrarnos en aprovechar las ofertas de las tiendas, buscar los mejores precios para cada producto o adquirir las denominadas "marcas libres", pero hay otro aspecto que suele pasarnos inadvertido: el elevado porcentaje de comestibles que desaprovechamos y desperdiciamos a diario.
'Save Food' (Ahorre comida, en inglés) es una campaña que ha puesto en marcha la empresa Albal y la organización 'Acción contra el Hambre', para concienciar y animar a los consumidores europeos a actuar más conscientemente con la comida, ya que "tiramos a la basura un 20 por ciento de la comida que compramos y mucha de esta comida desechada podría haber sido consumida si tomáramos medidas de ahorro".
Según un estudio realizado por Albal en 7 países europeos, más del 50 por ciento de los alimentos que se tiran se podría haber consumido; un tercio de la comida empaquetada se tira sin ni siquiera haber sido abierta; el mayor desperdicio se produce en frutas y verduras frescas, seguidas de las sobras de platillos; alrededor de dos tercios de los consumidores no planifica las comidas con antelación para la semana siguiente, por lo que es habitual comprar más de la cuenta, y una vez en casa, muchos no guardan la comida adecuadamente, lo que hace que los alimentos frescos se estropeen antes de tiempo.
La comida se acaba desperdiciando por el sentimiento de opulencia occidental que nos lleva a almacenar y cocinar más de lo que necesitamos.
La iniciativa 'Save Food' propone al consumidor reducir el desperdicio de alimentos planificando mejor la alimentación como organizar las comidas en torno a los alimentos que se tengan en casa, comprobando lo que se tiene en el refrigerador y alacena antes de salir para comprar a la tienda.
Los expertos también sugieren hacer una lista de la comida que se compra y mantenerla en un bloc de notas junto al refrigerador, anotar la comida sobrante para recordar lo que tiene por consumir y borrarla de la lista cuando es consumida. Así se puede llevar un seguimiento de lo que se tiene almacenado y planificar las comidas antes de ir a la tienda.
Comprar las frutas y verduras frescas en mercados, ya que sus alimentos están recién recogidos y suelen durar más tiempo, adquirir cantidades más pequeñas o paquetes individuales y así obtener la cantidad exacta que necesite, es otro consejo de 'Save Food' para evitar que la comida sobrante acabe en la basura.
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