Oscar León
Hay preocupación en un sector de usuarios de energía eléctrica por carecer de información respecto a las lámparas ahorradoras. Si bien se ha implementado un programa federal que está fomentando el uso de estas lámparas, también es real que se carece de información respecto a los daños que a largo plazo podrían ocasionar en el ser humano. En algunos países de la unión europea ya han iniciado una fuerte campaña para que se reduzca el uso en los hogares de estas lámparas. De entrada se dice que los enfermos de epilepsia y migraña no deben estar en contacto con éstas. Se presume que las personas que trabajan con la llamada luz blanca o amarilla tienen mayor posibilidad de desarrollar algún tipo de cáncer y en países como Inglaterra, se capacita a las familias para que los desechos de estas lámparas se manejen correctamente y eviten daños a la salud de las personas.
En México se está impulsando su uso, pero al parecer la información no está totalmente completa. No se alude sobre riesgo alguno a la salud y mucho menos se informa cómo manejar los residuos de estas lámparas. La población más necesitada es la que más se ha acercado a los programas federales.
Seguramente hay un sector de la burocracia que le apuesta a que todo salga muy buen y hacerse de recursos de forma fácil. Creemos que se requiere ampliar la información y que haya contenedores de desechos de acceso fácil y con un manejo responsable sobre el mercurio que contienen estos artefactos.
Por otro lado no siempre se garantiza que las lámparas sean de gran durabilidad. La mercadotecnia ha hecho creer que usarlas es inofensivo, pero las últimas investigaciones han comprobado que lo que se tiene es un verdadero veneno en casa.
Seguiremos informando sobre este tema, pues hay personas muy preocupadas, como es el caso del Lic. Rafael Sánchez, quien ha estado buscando mayor información en países de Europa y comparte una serie de reflexiones sobre los posibles daños colaterales que provocan las llamadas lámparas ahorradoras.
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