17 de noviembre de 2011

LA OTRA CONTAMINACIÓN. AFECTACIÓN SONORA

Héctor Hernández
La producción de ruido sin control representa un problema de salud, sobre todo cuando se rebasan ciertos niveles. Conocemos por ruido a un sonido no deseado por un receptor y que resulta molesta su percepción. Depende del estado de ánimo de cada quién para comprender qué actividades generadoras de sonidos resultan irritantes, en ciertos lugares, a ciertos horarios y sobre todo por el tiempo al que se expone el receptor, de tal forma que una campana de un templo puede resultar una agresión si se toca en la madrugada, los anuncios de los merolicos en los mercados, el golpeteo a los tanques de gas, el uso de cornetas y claxon por vehículos y motos son causa de alteración nerviosa en una jornada de más de dos o tres horas para quien escucha a corta distancia.

Recientemente, en los programas Cabildo Abierto de Radio Teocelo, se ha planteado a las autoridades municipales la necesidad pública de solucionar la problemática de la afectación sonora. Diversos puntos de vista se escucharon.

La normatividad nos llevará a comprender que el nivel sonoro permitido es de 68 decibeles en un horario de las 6 a las 11 de la noche y de 65 decibeles de las 11 a las 6 de la mañana. El decibel es la décima parte de un Bel, que son unidades de medición de los valores sonoros. Para darnos una idea, la normatividad regula el nivel sonoro, por ejemplo de fuentes que emiten sonidos, así, la operación de circos, ferias, juegos que se instalen cerca de hospitales, asilos y lugares de descanso deberán mantener el nivel sonoro hasta un valor de 55 decibeles.

Claro que es posible atacar el problema público, con la participación de todos. El primer paso es la inconformidad ciudadana que relatará la problemática específica, o sea una queja por escrito, fundado y motivado, dirigida a la instancia indicada.

Para solucionar un problema de esta índole basta encontrar qué instancia tiene esas facultades para conocer, evaluar y sancionar. Si es un particular o una empresa. La reglamentación local o sea municipal tendrá que contemplarlo. En caso contrario por supletoriedad serán el estado o la federación quienes lo tendrán que evaluar. Las instituciones involucradas son: los Ayuntamientos, Protección Civil Municipal, la Secretaría de Salud y desde el punto de vista empresarial el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Siempre la participación ciudadana es vital, la comunicación de los problemas a la autoridad adecuada y con elementos probatorios contundentes son piezas claves para obtener buenos resultados. Al respecto es importante conocer el marco jurídico en el que todos los ciudadanos nos podemos mover, hasta dónde una autoridad está limitada.

Comencemos por acercarnos a la Constitución, la particular del estado, el Bando de Policía y Gobierno de nuestro municipio, la Ley Orgánica del Municipio Libre, etc. Una ligera consulta electrónica vía internet en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) nos informara los tipos de ruido que existen, así podremos checar la Norma Oficial Mexicana vigente desde noviembre de 1976 (casi 35 años de normar el ruido), implementado por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial. Los recursos están disponibles para investigar en las bibliotecas públicas que cuenten con equipo de cómputo donde el servicio es gratuito.

Pero en concreto, SÍ es posible que un ayuntamiento y los ciudadanos logren regular estos casos de inobservancia sonora. Como antecedente, en Coatepec, entre los años 2001 a 2004 se puso en vigor el Reglamentación Municipal en materia de Protección Civil y de Comercio, instrumentos que hicieron posible clausurar una Discoteca y un Salón de Fiestas de un Sindicato ubicado frente al asilo de ancianos. Se tocaron intereses de particulares, pero gracias a la participación ciudadana y a un procedimiento fue posible aplicar sanciones y solucionar el problema planteado por la ciudadanía.

Es tiempo de participar, de defenderse, de mejorar el nivel sonoro y recuperar la tranquilidad porque más allá de cualquier cosa, la alteración del ruido es un problema de Salud.

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