CARAVANA POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD EN XALAPA

 De la redacción

Xalapa, Ver. 18 de septiembre. Fue larga la espera para recibir a la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, que en su recorrido por el sur del país arribó a la ciudad de Xalapa, convertida en el nuevo epicentro de la violencia en México y luego de una agudización de secuestros, extorsiones, jóvenes desaparecidos, balaceras, operativos relámpago, rondines permanentes, retenes y sobrevuelos, que crean el ambiente de miedo y desconcierto en la sociedad civil. Conjugado además con un fuerte cerco mediático para acotar en medios impresos y electrónicos cualquier referencia a la violencia en Veracruz.

La Caravana por la Paz, formada por medio millar de familiares de víctimas de la guerra contra el crimen organizado, algunas organizaciones indígenas y una amplia cobertura de medios alternativos, fue recibida por el Colectivo por la Paz en Xalapa [formado por ONG’s locales, activista, artistas y miembros de la sociedad civil] en la Av. 20 de Noviembre a la altura del panteón Palo Verde, ya casi empezando a oscurecer. Rápidamente se creó un amplio cinturón de seguridad y comienza su recorrido hacia la plaza central del Jalapa. Por momentos el recorrido es combativo y festivo, gracias a una batucada que impulsa las consignas de la caravana. –¡Vivos se los llevaron!, ¡vivos los queremos!- La columna es larga y reconfortante, una marcha inédita para las condiciones jalapeñas. Los transeúntes que se detenían a mirar y aplaudir, identificaban al poeta Javier Sicilia y afirmaba la urgencia de hacer “algo”.

Ya con la noche encima, la Caravana por la Paz tuvo uno de los encuentros en su recorrido más cálidos y masivos, según lo expresaron ellos mismos. La numerosa columna de la marcha se fundió en un hervidero de gente, voces y gritos –Xalapa, se hermana, con esta caravana-. Parecía imposible que cupiera un alma más en la ya de por si saturada Plaza Lerdo. Entonces subieron al templete algunos de los familiares con víctimas de la violencia en Veracruz y en el resto del país, el poeta Javier Sicilia y su equipo de coordinación más cercano.

El Colectivo por la Paz en Jalapa le brindó la bienvenida y expuso sucintamente las condiciones de vulnerabilidad y violencia que se desataron en Veracruz desde el comienzo del gobierno de Fidel Herrera Beltrán; violencia social, ambiental, crisis económica…

Alternadamente fueron pasando al micrófono familiares con casos de violencia en Veracruz y en todo el territorio nacional. Fue posible escuchar casos desgarradores sucedidos en Chihuahua, por sólo organizarse para prevenir los secuestros, o la claridad política de una madre veracruzana a quien le cierran las puertas de los medios “estatales” para buscar a su hija*. Fue posible unir el dolor de una familia que siente rabia por los torpes modos del Gobierno del Estado de Veracruz para tratar de “solucionar” con dinero el asesinato de su familiar a manos de fuerzas publicas, con la urgencia de una madre por localizar a sus dos hijos, cuyo único “delito” era transitar por el estado de Veracruz y duplicarle el dolor por dos familiares más asesinados en la guerra contra el crimen organizado. La caravana estaba propuesta así, reencontrar a un par de madres jalapeñas que no entienden por qué la pareja que formaban sus hijos tuvo que perder la vida en plena juventud y no se rinden y quieren saber quién y por qué los asesinó e identificarse en la historia contada por el padre del Jinete Galáctico, cuya juventud y vitalidad creativa, fue interrumpida sólo por caminar de noche en alguna de las calles de la violenta ciudad de Monterey. Y los diferentes modos, se hacen lucha y un largo poema de Miguel Hernández es escuchado con la misma atención y dolor que la desesperación de una madre de uno de los twiteros presos por “alterar el orden público”.

Posteriormente, tocó el turno al poeta Javier Sicilia, a quien una desafortunada noche de marzo, le notificaron que su hijo fue encontrado muerto en la cajuela de su auto, junto con algunos de sus amigos en Cuernavaca, Morelos. El tiempo no ha sido suficiente para aliviarlo, pero con una bandera nacional y varios deudos de la guerra contra el crimen organizado, retan el desanimo, el dolor y el miedo generalizado. Buscando desde el norte, unir los jirones de la patria mexicana con la dolorosa historia de lucha y resistencia en el sur. Caminar, dialogar, abrazar y besar han sido las estrategias con las que la clase política los juzga, pero que tan reconfortante ha sido para la situación de pérdida que miles de familiares violentados viven día a día en el territorio nacional.

En su participación, hizo hincapié en la torpeza gubernamental por encarcelar a un par de  “peligrosos” twitteros [liberados una semana después por desistimiento de la acción penal], usando todo el aparato de inteligencia y seguridad del estado y no poder contener y resolver la violencia del crimen organizado.

Torpeza doble y cruel, al querer convertir en ley esta dinámica, con la propuesta de la “Ley Contra la Alteración del Orden Publico” que tan bien recibida fue por los medios y aprobada por las cámaras del Congreso Local. Infamia y presagio de peores momentos, si la sociedad civil no es consciente de que con otros nombres y en otros tiempos, marcos jurídicos así, sirvieron para justificar la represión social y las violaciones a las garantías individuales durante la guerra sucia de los años 70’s. Finalmente agradeció la participación entusiasta de la sociedad jalapeña y pidió no dejar solo a este naciente Movimiento por la Paz.

Finalmente, el acto político se convirtió en una inmensa pista de baile y en el fondo de la plaza, un grupo efectuaba un masivo performance por los muertos en la guerra de Calderón. La Caravana pernoctó en las diferentes sedes, preparadas con antelación por el Colectivo por la Paz para su descanso y al día siguiente partió hacia Puebla, con destino final en la Cd. de México.
____________________

* 5 días después de la marcha, el cuerpo sin vida de Gabriela Arlene Benitez Ybarra, es encontrado y relacionado con una preocupante tendencia de feminicidios sin aclarar.