31 de agosto de 2011

LA SARTÉN POR EL MANGO

Los refrigerios escolares
Por: Veronica Carrillo

Veracruz ocupa el primer lugar en sobrepeso y obesidad infantil de acuerdo a las autoridades de salud ¿Cuándo vamos a afrontar este problema cada vez más grave? Cabe resaltar que no sólo es un problema de salud o de belleza sino un verdadero problema con graves repercusiones económicas para las familias.

Por eso, ahora que empiezan las clases comencemos con nuevos propósitos escolares. Uno de ellos es la preparación de refrigerios saludables. Consideremos que un niño bien alimentado crece sanamente mientras que un niño mal alimentado muestra un crecimiento más lento, bajo desarrollo y disminución en el aprendizaje. Es nuestra responsabilidad asegurarles una buena alimentación.

Los refrigerios escolares deben servir para que el niño complete la cantidad de alimentos que requiere su dieta diaria y obtenga la energía necesaria para correr, estudiar, jugar y realizar todas sus actividades. El refrigerio evita que pase largos periodos con el estómago vacío. El hambre impide que se concentre en sus tareas escolares y disminuya su rendimiento y capacidad de aprendizaje. Además, los niños con hambre tienden a desarrollar menor actividad física y a ser más lentos en el trabajo que realizan.
Las recomendaciones generales son:

Elija alimentos que el niño disfrute: sabrosos, sencillos y saludables.

Incluya alimentos energéticos como pan, tortilla o galletas, frutas o verduras, y si es posible algunos alimentos que aporten proteína como leche, yogur, queso, huevo o frijoles.

Prepárelos con mucha higiene.

Deben ser adecuados a las condiciones climáticas (frescos en tiempo de calor y energéticos en tiempo de frío).

Cuide que sean “seguros”, recuerde que muchas veces los niños toman sus alimentos sin la supervisión de maestros, o corriendo, por lo que es conveniente evitar productos que impliquen un mayor riesgo de asfixia por atragantamiento. Entre los más comunes que pueden presentar riesgos están los cacahuates, palomitas, uvas, aceitunas, zanahorias crudas en trozo, nueces y caramelos.

Deben ser fáciles de transportar (que quepan en una lonchera convencional) y en recipientes adecuados.
Aquí les presento unas sugerencias para la preparación de refrigerios escolares:

Tortas o sándwiches de pollo, atún, jamón, huevo, frijoles o queso (con lechuga, jitomate, cebolla rebanada finamente y remojada en un poquito de limón, chile encurtido o chipotle, y/o aguacate).

Croquetas de papa, pollo, atún o plátano macho. Cuernitos rellenos de jamón, queso, pollo o atún. Aguas de frutas naturales. Empanadas rellenas de fruta. Hojaldras rellenas de ensalada de pollo o atún, pollo con mole o jamón. Ensalada de pollo o atún con galletas saladas. Taquitos dorados. Huevo duro. Ate con queso.

Y entonces que los niños tengan un feliz recreo…

2 comentarios:

Jesus Alvarez dijo...

Suena muy interesante pero lo importante es el presupuesto de las familias para poder adquirir productos adecuados para la nutrición de los niños, no hay que olvidar que: -Veracruz es uno de los estados con mayor pobreza en el país
-Los alimentos chatarra al aportar un mayor nivel calórico, pero no lo necesario en nutrimentos, dan una mayor de saciedad y placer por más tiempo, por que lo que un "gansito", con un costo de 7 pesos con 50 c, le llena más a un niño que vaso con yogurt y fruta cuyo costo puede ir de los 4 pesos hasta los 20.

En conclusión habría que tomar en cuenta puntos como estos y tal vez más para dar una propuesta más sólida.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario anterior ya que en muchas ocasiones en esta columna se dan recomendaciones dirigidas a personas con mas o menos recursos, se ve que la señora periodista tiene quien le cocine en casa y no se dedica más que a su familia ya que si fuera madre trabajadora vería que no es tan fácil seguir sus recomendaciones. Quisiera que quien escribiera fuera una persona más conocedora de la realidad de la región.

Marta Hernández