Por: Redacción Altavoz
Al culminar la Marcha por la Paz, la Justicia y la Dignidad, el pasado 8 de mayo en el Zócalo de la ciudad de México, diversos oradores hicieron uso de la palabra para compartir testimonios desgarradores y reclamos airados por el clima de violencia.
Ahí estuvo la maestra Esther Hernández Palacios, ex directora del Instituto Veracruzano de la Cultura, quien explicó que ese día se cumplían 11 meses del doble asesinato de su hija Irene Méndez Hernández Palacios, de 26 años, junto con su yerno, muy cerca de la zona universitaria, en Xalapa.
Esos crímenes permanecen impunes. Hasta ahora ni el gobierno de Fidel Herrera ni el de Javier Duarte de Ochoa le han dado una explicación ni se ha encontrado a los culpables.
“ Que el miedo no le gane a la esperanza; estamos hasta la madre de esta guerra, gritémoslo, hasta que nuestras voces se conviertan en aullido; como decía Saramago: porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan y no hacemos nada para contrarrestarlos, se podría pensar que nos merecemos lo que tenemos y México no se merece esto”, dijo la maestra Hernández Palacios, portando en cartulina la foto de su hija Irene.
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