Editorial 54

>Idus de Marzo

Pesa sobre Radio Teocelo la amenaza de una multa desconsiderada por omitir la transmisión de un spot de 30 segundos del Instituto Federal Electoral.
Mediante escrito de fecha 10 de marzo, esgrime el IFE una sarta de artículos, incisos y fracciones de leyes, códigos y reglamentos, para concluir que las gravísimas “violaciones a la normatividad electoral” colocarían a la XEYT en situación de ilegalidad y en consecuencia procede la multa.
En oficio anterior, el IFE había notificado también que a partir del 17 del mismo mes, esta radio comunitaria estará obligada a poner cerca de 90 spots diarios, tanto del propio instituto como de los partidos políticos, bajo amenaza de ser castigados con multa millonaria si se no se acata la disposición.
La advertencia de este órgano electoral, sobre el que pesan sospechas de parcialidad en los juicios, derroche de recursos, trato suave con los monopolios de la comunicación e instrumentación inadecuada de la reforma electoral del 2007, obliga a mostrar algunas de sus inconsistencias.
Por principio de cuentas se aplica una normativa igual para desiguales. No es lo mismo una estación comercial con 100 000 wats de potencia, tecnología de punta y 300 empleados o una televisora con cobertura nacional –Televisa o TV Azteca-, que una pequeñísima estación comunitaria que subsiste con el trabajo voluntario de sus colaboradores, donativos de sus oyentes y equipos de medio uso, para cumplir con elevadísimos estándares en materia de radiodifusión.
Sin embargo, está probado que concesionarios y permisionarios desacatan la norma electoral y evaden con argucias el pago de multas, con la bochornosa complacencia del IFE. Pero ese no es el caso de Radio Teocelo.
Además de cumplir con la pauta que nos fija el IFE, pagamos tarifa comercial de luz y teléfono, pagamos el Impuesto Empresarial Taza Única (IETU), damos espacio gratuito a entidades gubernamentales –tanto estatales como federales- y aun estando sometidos s una la Ley Federal de Radio y Televisión que nos impide comercializar los tiempos pero nos exige pasar del sistema analógico al digital, aun así cumplimos siempre con todas las obligaciones en la materia.
No toma en cuenta el IFE, sin embargo, que los medios comunitarios sí respetamos los derechos de las audiencias, por lo que día con día tomamos nota de las inconformidades que oyentes expresan, sobre los spots de candidatos y partidos políticos, de cuya conducta-dicen-, no se necesita hablar mal, pues son ellos mismos los que se descalifican con inédita firma de pactos, alianzas perversas y debates televisivos que sólo abonan al hartazgo por esa fauna nociva. La
Por lo tanto, no estamos de acuerdo con las obligaciones que nos impone el IFE pero las cumplimos, sólo por no dar motivo para que se nos cancele el permiso para ejercer a plenitud nuestro Derecho a Comunicar y la Libertad de Expresión.
Pronto sabremos cuál es el fondo de esta severa amenaza a un medio que sí se conduce con verdad.