18 de febrero de 2010

Rosalina Gómez Pérez Maestra de pieano en Coatepec




Unos años antes de su fallecimiento, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la maestra Rosalina, en la ciudad de Coatepec, quien con una gran alegría y jovialidad nos compartió su testimonio:

“Tengo 80 años. Soy maestra de música, de piano. Trabajo como acompañante de coros en el kinder María Enriqueta y en la escuela José Morelos. Tuve una maestra que se llamó Felicidad Tapia de Peredo, la señorita Lirio, y desde muy joven la acompañaba en los coros, también me influyó la maestra y poetisa Pacona García Batle, pues en piezas teatrales yo la acompañaba. En ese entonces tenía como 17 ó 18 años. Yo estudie aquí con la maestra Maruca Bueno y en la escuela de música con el maestro Fernando Lomán.

Mi trayectoria como maestra ha sido en el kinder de las Puentes y en San Marcos, de los cuales fui fundadora en 1948. Estaba media mañana en un jardín y media mañana en otro. Después estuve en la escuela Benito Juárez que ahora es el Jardín de Niños María Enriqueta. También trabajo en la Universidad Veracruzana, acompaño danza clásica con el piano desde 1963.

Llevo 60 años como maestra. Toda mi vida he estado en contacto con la música. En la casa siempre había veladas, a mi papá le gustó mucho la música y todos mis hermanos son músicos, esa ha sido mi vida. Antes tocaba el acordeón pero me quemé la mano. Mis hermanos tocaban el violín y la guitarra. Creo que ha sido de herencia, mi abuelo fue muy alegre y mi mamá y mis tías tocaban la guitarra, el arpa, la mandolina y el violín.

La música que más me gusta es clásica y la música de Armando Manzanero. Lo que más me gusta de mi trabajo es estar en contacto con los niños, uno tiene que hacer que pongan atención al bailar y cantar, los chiquitos aprenden muy rápido. Los niños me busca mucho, me dicen “mi Rosy”, como nunca tuve hijos, ellos los son. Antes, los niños y sus mamás al principio de clases lloraban mucho, ahora van muy contentos.

De las grandes satisfacciones que hemos tenido con mis compañeras es que los directivos de la junta de mejoras nos dieron un terreno en la calle de Zamora y Allende, que ahora es el jardín María Enriqueta. Las tristezas son que hemos perdido a algunas compañeras.

Ya estoy próxima a jubilarme. Les aconsejo que siempre recuerden a sus maestros y que si se dedican a la docencia, le tengan mucho cariño a su profesión, a su escuela y a los alumnos”.

1 comentario:

Unknown dijo...

En qué año murió la maestra