21 de junio de 2009

Mercado de Trueque en Coscomatepec, Ver.

foto Pablo Romo


Juam Pablo Romo - Brenda Lira





Coscomatepec Veracruz.
6 de la mañana, Bajo la custodia del volcán el sol llena el horizonte, como los hombres y mujeres que salen a las calles de este pequeño e histórico pueblo ubicado a 30 minutos de la ciudad de Córdoba y enclavado a los pies del majestuoso Volcan conocido como “Pico de Orizaba”.
Hoy es lunes, y en Coscomatepec pudiera parecer cualquier domingo. Hoy la gente baja de la montaña, llega del llano y no faltan quienes desde la costa se acercan, haber que encuentran, por que hoy es día de plaza.
Un merolico vende remedios infalibles y los anuncia con un altavoz a las afueras de la Iglesia, mientras en el piso, amarradas y silenciosas unas ocho gallinas esperan al pie del amo que hoy seguramente dejaran. El olor a barbacoa de borrego ronda el ambiente que se nutre poco a poco de la calidez y la diversidad de las personas que se dan cita para iniciar este momento de convivencia, donde se reviven tiempos remotos, que hoy pudieran parecer inexistentes.
Si usted busca zapatos, ropa, discos compactos (de los baratos), chuchearías u algunas otras cosas aquí seguramente las encontrara, pero si usted es mas cauteloso y observa con paciencia la dinámica del lugar se dará cuenta que aquí la realidad es otra,
y digo la realidad por que para muchos de nosotros es imposible entender
la inexistencia del dinero como elemento de cambio, lo digo con desgracia y preocupación, pero es muy probable que jamás hayamos obtenido alguna cosa o servicio sin utilizar el dinero como valor de cambio, y hoy aquí en Coscomatepec un lunes de marzo de 2009, que puede ser cualquier lunes que “haya transcurrido desde hace más de 70 años”, se hace posible.
El “trueque” es una de las practicas ancestrales mas remotas, consiste en cambiar lo que uno tiene por algo que necesita.
El Trueque quizás sea la forma mas lógica, practica y humana que haya existido para obtener un servicio u/o producto, implica un conocimiento del otro, necesidad de comunicación, tolerancia y apertura para el aprendizaje de lo desconocido (nótese que es todo lo contrario a lo que sucede con el dinero), por otra parte es hoy una forma de subsistencia para aquellas familias de escasos recursos económicos, y cuando digo escasos no me refiero al salario mínimo sino, una situación mucho más precario que el trabajo asalariado. Es posible que todas las personas que bajan de las faldas del volcán sean familias campesinas que traen papa, rabano, laurel, yerba mora y algunos otros productos, que tienden sobre sus mantas en la calle y la banqueta, mientras tanto platican, toman atole de arroz o champurrado y una que otra gordita, esperan a las señoras que cada lunes llegan con naranjas, plátanos, calabazas ó tortillas (de maíz no de Minsa) para realizar en pleno año de 2009 un acto que mas allá del intercambio, revive un sentido humano básico y necesario: la comunicación y la solidaridad entre pueblos.
Pudiera parecer excesivo este pequeño texto, pudieran acusarme de ingenuo, citadino o hasta medio “gringo” con esta visión que pudieran decir que es folclorista, pero para nada es así, es un gusto saber que a pesar de la pobreza y el abandono en que se encuentra el campo en este país, los mercados de truque son una alternativa, para luchar contra la pobreza de nuestros pueblos y la avaricia de quienes lo quieren todo. Los mercados de trueque son una posibilidad para intercambiar y dar buen uso en los excedentes agrícolas así como conocer nuevos alimentos, manera de cocinarlos formas de nombrarlos, en fin, reconocernos nuevamente como lo que somos y hemos sido seres humanos dignos y creativos.

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