21 de junio de 2009

Lucino Tenorio Esperón, cacahuatero de Jalcomulco


Bety Mora


¡Cacahuatesssssssssssssssssssss………………………….!. Es el tradicional grito de don Lucino, cacahuatero de Jalcomulco que desde hace aproximadamente 10 años recorre las calles de Teocelo, San Marcos y el Haya.
Nos comparte su testimonio:
“Tengo 68 de edad. Me dedico al campo y soy cacahuatero. Empecé a cultivarlo desde que vivía con mis padres, ellos me enseñaron el oficio; a sembrar maíz, cacahuate, frijol, pipían, de todo un poco. Le entré a esto porque el campo a veces no deja, además, mi hermano menor venía a vender a Teocelo hace muchos años; le vendía al difunto Pascual Vicon, que tenía una cantina y le traíamos costales de cacahuates; también a don Andrés Pale, a don chico mode y al “tío capi”; nosotros lo traíamos crudo y ellos lo tostaban y lo vendían.
Ahora tengo una parcelita. Cultivo la tierra, lo siembro y espero el primer aguacero. Hay que pelar el cacahuate crudo y hay que enterrar dos huesitos enteros sin que se partan. Es complicado para arrancarlo, porque si esta tierno se viene toda la mata, y sale mucho cacahuate vano (vacío). Además, es muy cansado porque como se da enterrado como la papa, hay que andar todo el día encogido con el azadón.
En la mañana hay que escogerlo y quitar los cacahuates vanos, después se ponen a tostar en un bote dando de vueltas con leña; ya tostados otra vez hay que escogerlo. Finalmente, lo hecho en bolsas de nailon para que lleguen calientitos a las casas.
En Jalcomulco el clima es muy seco, casi no llueve. Hay épocas en que el cacahuate se da muy poco por la falta de agua, también le puede caer la plaga de la canelilla, se pone negro y ya no sirve. El agua tiene que ser medida porque tampoco quiere mucha, si llueve de más se agria.
La primera vez que salí a vender fue a la colonia Ursulo Galván, me paré donde llegaban los carros y ahí estuve un rato. Vi a un mudito y nos comunicamos por señas, le dije a lo que iba y me ayudó a recorrer el pueblo hasta que vendí todo. Le di una propina y lo invite a comer. Fue mi ayudante.
En Jalcomulco no me quedé porque muchos campesinos lo cosechan y venden. Elegí Ursulo Galván porque como mi hermano, Pascual Tenorio jugaba béisbol, tenía varios conocidos. También vendía en Xico, me trataron muy bien, dejé de ir porque iba uno de mis hijos, yo me vine a Teocelo, aquí tengo muchos conocidos.
Tengo aproximadamente 10 años de venir a Teocelo, lunes, miércoles, viernes y sábado, de 4pm a 8pm. Recorro las calles con mi lona de cacahuates. Tengo buenos clientes. Cuando comencé, la medida era de un peso, ahora ha subido un poco, pero aún así es muy económico. Los martes voy a San Marcos y el jueves al Haya. Cuando más se vende es en época de frío.
Antes, también venía un señor llamado Fulgencio Cid, ya falleció, él iba a Llano Grande”.
Don Lucino reconoce como ventaja que lo que vende es un producto sano, natural, económico y de la región. Además, está agradecido con la gente de Teocelo por recibir sus cacahuates con tanto gusto.
Agradecemos a don Lucino por compartirnos su testimonio de vida y lo reconocemos como un personaje popular de la región.

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