31 de octubre de 2008

Diego García Guevara, huesero tradicional de Teocelo




Por: Beatriz Mora


Don Diego se dedicaba al campo, trabajó muchos años con don Fausto Vicon (EPD). Al principio no era su prioridad el oficio de huesero porque se utilizan pomadas calientes y en el campo se mojaba con el rocío; sin embargo, finalmente se dio cuenta que le iba mejor “con los huesos” y a esto se dedicó. Aquí su historia:

“Empecé a curar desde que tenía 9 años de edad, pero sólo a mi familia. Fue a los 25 años cuando ya curaba en general a toda la gente. Nadie me enseñó, ya lo trae uno de nacimiento. Uno ya tiene en la mente lo que tiene que hacer para la persona, aunque no lo haya estudiando. Tengo casi 50 años en el oficio.

Trabajo las ventosas (para relajar el músculo de la espalda, las piernas y así se desbaraten los chipotes), también trabajo las costillas, la columna, huesos quebrados, chispadas, paletillas (huesito del estómago), relajando los tendones, de la espalda o el cuello, rodillas, manos, hombros, etc. Antes, había ventosas especiales, unas azules; ahora agarro una vela, aceite desinflamativo y un vasito. También utilizo pomadas “de la abeja”, vendas y tablillas. Todo lo hago con las manos.

Me vienen a buscar de varios lugares, sobre todo de congregaciones. Quedan a gusto con mi trabajo. Afortunadamente el trabajo no falta, entre semana atiendo 4 ó 5 personas; pero los sábados y domingos, hasta 20, sobre todo a los futbolistas. Lo más caro que cobro son 40 ó 50 pesos por un hueso quebrado; lo menos son 10 pesos por un dedo. No puedo cobrar más porque no estudié.

Nunca he ido con otro huesero, una vez que me enferme de la columna, yo mismo me curé. Antes, los hueseros eran el difunto Teodoro, el difunto Aurelio (lelocuentos), el difunto Joel, y el difunto calmitas. Actualmente conozco un huesero en Úrsulo Galván, don Miguel; y en Xico, a don Gollo Baez.

Todos los huesos del cuerpo que se llegan a lastimar o lesionar son dolorosos, pero lo que más duele, es el dedo chiquito del pie, porque se agarra el líquido con el hueso. Cuando veo que hay desgarres o sangre molida por dentro y veo que la cosa es seria, sólo se los emparejo y los mando al hospital para que les saquen radiografías y los atiendan.

Mi oficio me gusta mucho, pero me tengo que cuidar en no agarrar agua fría, porque uso pomadas calientes, entonces me lavo las manos con alcohol. Lo que más me llego a tardar curando son 20 min. Empiezo desde la 1:00pm, porque en la mañana tengo que agarrar agua; hasta las 9:00pm.

Recuerdo que hace unos años atendí a un muchacho que se quebró la rodilla, pero me empezó a hacer preguntas y como no le sabía contestar, me trajo unos carteles de los huesos del cuerpo, que hasta la fecha conservo y me han servido mucho para explicarle a las personas que vienen lo que tienen”.


Agradecemos a don Diego la entrevista y lo reconocemos como un personaje popular de Teocelo. Si usted está interesado en visitarlo, puede hacerlo en la entrada de los Teteles, en esta ciudad.

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