16 de junio de 2008

¿De dónde viene la crisis del campo?


Texto y Foto: Juan Pablo Romo
Hoy en América Latina diferentes organizaciones sociales, principalmente ligadas al campo, reclaman su derecho a la soberanía alimentaria, entiendo ésta como el poder que tienen los pueblos para definir y regular sus políticas en cuanto al consumo y la producción de alimentos, generando mercados de consumo interno, comercio justo, economías sustentables, conservación de la diversidad biológica y respeto al medio ambiente. Y es que ante la crisis mundial en el abasto de alimentos, la incesante producción de semillas transgénicas, el “boom” de los bio-combustibles y los altos precios del petróleo a nivel mundial, la lucha por ejercer la soberanía alimentaria parece y se dibuja como la única salida para los pueblos cuya naturaleza se encuentra ligada al campo.

No resulta sencillo explicar qué es lo que ha sucedido en el agro mexicano que lo ha llevado al decaimiento de su producción, la importación de granos y el uso de semillas transgénicas, ésto sin hablar de la desarticulación que ha tenido la propiedad comunal, la pérdida y transformación de la vida rural y los aspectos culturales que siempre son afectados aunque pocas veces cuantificados.

En otras ocasiones se ha mencionado a las transnacionales, la globalización y las políticas gubernamentales como los principales culpables de esta situación, y efectivamente lo son, sin embargo esta destrucción del ámbito rural se inicia muchos años atrás y tiene que ver con un aspecto fundamental que es la relación Campo – Ciudad.

La relación campo-ciudad en este país, como en la mayor parte del mundo -señala Ricardo Pérez Aviles, doctor en Sociología por la Universidad de Tlaxcala- se ha manejado de manera excluyente, pues había una visión en el mundo, de que lo rural era atrasado y por lo tanto debería ser destruido para dar paso a la modernidad, esta visión que nace con el capitalismo se extendió por Europa y América Latina.

En México –apunta el doctor- esta visión occidental del mundo rural e indígena generó un país que “reniega” de sus campesinos y sus indígenas, por lo tanto ese mundo “atrasado” era objeto de discriminación y olvido, siendo que ahí se encuentra gran parte de la identidad que tenemos como mexicanos.

Pero ¿qué significó en términos de política económica esta visión del mundo atrasado?
Según -comenta Perez Aviles- esta idea del mundo “atrasado” mezclada con la entrada de las políticas neoliberales al país en los años 80, se tradujo en una gradual pero incesante salida del estado de las cuestiones agrícolas nacionales, dejando en el abandono la producción agropecuaria y forestal, que empieza a desmantelarse.

“Desde los 80’s va a empezar a entrar en crisis porque en ese momento es el cambio de modelo, de un modelo en donde la agricultura había jugado un papel importante en el mantenimiento del país, lo que se llama el modelo de sustitución de importaciones, y ya se va a empezar a ensamblar el modelo neoliberal…”

Y ¿cómo afecta la entrada del modelo neoliberal al campo mexicano?, principalmente –señala Aviles- en el abandono que el Estado aplica al agro, dejando desprotegida a la agricultura en términos de apoyo financiero y técnico. Pero no solamente se deja desprotegido al campo. Ya para los años 90 hay dos cuestiones importantes que profundizan más esta crisis: La reforma al artículo 27º Constitucional, y la entrada del Tratado de Libre Comercio (TLC).

El inicio del TLC (enero de 1994) significó para el campo mexicano la apertura total al mercado, ya no solamente dejarlo sin apoyo, sino además frente a un mercado mundial competitivo, por ejemplo con la entrada del TLC comienza a llegar maíz a México a $1000.00 la tonelada, cuando al campesino le salía producirla acá en $2000.00, esto provocó que la producción cayera, lo que trajo como consecuencia que el año pasado se importaran 9 millones de toneladas de maíz.

“Como podemos ver es toda una maquinaria que va desprotegiendo al campo, en los 90 ya van a estar desprotegidos, además viene el segundo amarre que es la modificación a la propiedad social, la reforma al 27º, con esta modificación agraria ahora las tierras ya pueden entrar al mercado.”

Si se da cuenta uno –comenta el investigador- el escenario es brutal, pues en principio hay una visión que discrimina el mundo rural, y una visión neoliberal que lo desprotege y no solamente lo desprotege sino que le echa al enemigo encima, ese enemigo es un mercado de productos agropecuarios que tiene una capacidad de competencia brutal.

Es evidente que ante esta situación los campesinos recurran a nuevas formas de subsistencia, ya sea empleándose como obreros o albañiles, o bien teniendo que emigrar a otros estados o países. Por lo mismo es común que los jóvenes pierdan interés por dedicarse a estas actividades, pues ya no resulta rentable, por lo que deciden emplearse en otros rubros, principalmente como obreros para empresas maquiladoras o bien grandes inmobiliarias, que aprovechando el deterioro de la vida campesina y el bajo rendimiento del campo compran la tierra a precios bajísimos, para después hacer jugosos negocios que les producen ganancias increíbles.

Esta triste situación de desprecio, discriminación, explotación y engaños ha provocado que millones de campesinos en el mundo abandonen la vida rural y campesina, pero no todo está perdido, y como apuntábamos al principio de esta nota, muchos movimientos sociales en América Latina están reivindicando la lucha por la tierra, la autonomía, los recursos naturales, la autodeterminación de los pueblos, la cultura y por supuesto la soberanía alimentaria.

Son estas organizaciones ciudadanas y campesinas (ajenas a partidos políticos) las que están luchando, y visualizando una alternativa para frenar la destrucción agrícola y ecológica, la pérdida de la cultura, identidad y valores de los pueblos, y abogando por la defensa de los derechos básicos del ser humano, aquellos derechos que le permitan disfrutar de una vida digna y plena en armonía con los otros y el mundo que los rodea.

1 comentario:

Ana Laura Hdez. Ladrón de Guevara dijo...

"para todos todo"...saludos a los que hacen posible esta publicación, está bien interesante, gracias.