5 de abril de 2008

Leche Materna

Por: Dra. Rosa Olivia Pozos
Seguramente habrá escuchado en plática con amistades o en su casa, hablar de los milagros o de los horrores de la leche materna…

¡Ver para creer!, dirá usted sabiamente.

Los medios de comunicación hacen su labor de convencimiento de las “maravillas” de todo tipo de sustituto de la leche natural y borran lentamente los “milagros” de la lactancia materna, que es todo un ritual, olvidamos ese calor humano que desde el inicio de la vida de toda persona con una buena autoestima, es determinante.

Acomodarse al recién nacido para brindarle su primer alimento externo, toda la emoción acumulada de conocer a ese pequeño o pequeña, retos y satisfacción de sentirse capaz de dar vida, asearse la teta, ponérsela en la boca, mirar cómo la busca o la rechaza, pues no sabe que es, la sonrisa de la pareja o el familiar cercano que está pendiente de ese primer momento, las bromas de cuando se moja la cara a la criatura con la leche de la mamá que sale abundante, o el sonido de su trago como cualquier glotón o tragona, al disfrutar ese líquido tibio y nutritivo y, aún más, cómo se puede conversar con los hijos a partir de ese preciso instante, si durante el embarazo no pudimos hacerlo…

Acariciar sus cabellos, apreciar sus facciones, memorizar sus gestos y por supuesto, detectar alguna dificultad en el niño o niña desde su más temprana edad, ¿Por qué no traga bien? ¿Por qué parece dormido o no le interesa alimentarse y llora tanto? Y otras tantas preguntas que surgen en la nueva o interesada mamá que tiene el compromiso de que su retoño sea sano…

Todo esto puede desaprovecharse si empezamos a llenar nuestra cabeza de imágenes repetitivas con los costosos comerciales que los empresarios, dueños de fábricas de niños de almanaque, robotizados para un mundo indiferente, promocionan sin ton ni son.

¡LECHE ARTIFICIAL, DE VACAS CONTENTAS!, repiten los anuncios de la televisión…

¡VEAN : TODO PUEDE SER MAS FACIL! , insisten las empresas lecheras y pintan a la madre ¿IDEAL?, eficiente y elegante, pues como trabaja no puede embromarse…en darle el pecho a su criatura.

En la tele nos ponen un NIÑO GÜERO EN LA LATA, que pronto será TODA UNA LATA…pues cuando crezca con todas esas carencias afectivas, nutritivas y de comunicación, poco a poco irán formándolo como un ser CONSUMISTA, con más y más necesidades artificiales, o hasta hacerlos gordos, diabéticos e hipertensos, total para eso hay la otra gran industria, la farmacéutica. Y así sucesivamente.

NO DICEN LOS MEDIOS, QUE SI EL NIÑO SE ENFERMA ES PORQUE A LO MEJOR NO ESTAMOS DANDO EL PECHO CADA CUATRO HORAS, O LE DAMOS A CADA RATO Y NO LO ENDEREZAMOS PARA QUE ERUCTE, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Y que si NO NOS INFORMAMOS de por qué no acepta la leche de la mamá, podemos cometer errores irreparables.

Inconcientemente provocamos reacción de rechazo al alimento invaluable como es LA LECHE MATERNA, hasta el olor podemos pensar es feo o sentir incomodidad por lo más natural de la vida que es mojarse el brassier cuando la le leche se escurre…Dicen los abuelos: “ya quiere comer la pequeña”… ¡Qué mejor seña ésta, cuando estamos lejos de ellos. Pensar : qué estará haciendo o qué le diré cuando llegue y la abrace o lo abrace, y le dé de mamar…

Desafortunadamente, por la influencia de los medios nos acostumbramos a los “peros” y nos olvidamos de valorar y exaltar la importancia de volver a lo natural. Y hasta llegamos a renegar de aquellas mamás que sí saben amamantar, porque ellas sí saben que :

* Menos desnutrición en mi pequeño, si lo alimento bien con mi leche, por lo menos los seis primeros meses.

* Lo dotamos de defensas propias contra enfermedades como el sarapión si en su primer año de vida es amamantado por una mujer bien protegida.

* Menos gastos por medicamentos para infecciones que le puede provocar el uso de mamilas.

* Menos problemas digestivos a la criatura si le damos correctamente su “chichi”.

* ¿Ha pensado en el valor que tiene la leche materna?, ¿cree que vale menos que la leche nestlé y de otras marcas?

* ¿Por qué antes se contrataba a una nodriza y no a una maquina lechera para alimentar a los hijos de los ricos hacendados?

Nosotros tenemos el sartén por el mango: ¿lo natural, nutritivo y económico o lo artificial caro y nocivo que anuncian los medios comerciales?

Incluso después de destetar a la criatura ¿cuál leche es la mejor: la de vaca de a de veras o la que nos pinta la televisión en modernos empaques, que después nos inundan de basura…?

Pero ese es otro cantar….hasta la próxima.

(16 de febrero de 2008)

No hay comentarios: