Me dedico a hacer morteros desde hace 15 años aproximadamente, nadie me enseñó, todo salió de mis ideas y sobre todo de la imaginación. He tratado de enseñarles a otros muchachos y a mis nietos, pero lo encuentran difícil. Hay que tener mucha paciencia.
Utilizo como herramientas algunos fierros, puntas de machete, a las cuales les meto un tubo de fierro, los aplasto y los afilo por un lado para que quede como formol y así poder cortar, también utilizo un mazo para golpear.
Una vez formados los morteros, los raspo con latas de sardinas (después de que la familia se las comió), hago unas leznas de punta como aguja y las pico sobre un pedazo de llanta.
La gente no sólo los utiliza para mortear café, también los compran para decorar. Utilizo trozos de árboles de pagua o jinicuiles, pura madera torcida. Hago de todos tamaños, desde
Me comprar personas de Teocelo, Limones, Xico, incluso compraron unos para llevarlos a Cancún, para mortear azúcar en una panadería.
Trabajo todo el día, de 7 de la mañana a 7 de la noche, al final del día me duelen las “muñecas” de las manos y los pulmones me punzan al momento de acostarme. Este trabajo ha la larga me ha afectado porque después de cortar los árboles, los cargo desde la finca hasta la casa y un trozo pesa hasta 100kilos. Ahora ya no puedo cargarlos, me ayuda mi nieto y mi yerno.
También elaboro máscaras de madera, de kimite, de lele y cucharas de palo de aguacate y de acacio. Las grandes moleras las doy en $50. Las máscaras las vendo en bruto, las doy en $170, las elaboro desde hace como 7 años pero es más laborioso que los morteros.
Colaboro con el Museo Comunitario de
Además me dedico a rezar, aprendí desde los 7 años, escuchando a mi abuelito, fue uno de los primeros rezadores de Teocelo, antes se rezaba de rodillas y eran alabanzas. Ahora ya no se usan porque a la gente le cansa. Rezo en Teocelo y algunas congregaciones, mis rosarios son de peticiones, oración y la letanía. Lo hago con fe y devoción, me gusta. Nunca he cobrado nada.
Me tocó vivir la época del piojito, las autovias. Tenía 7 años, y como no nos regañaban los conductores ni los garroteros, cuando llegaba el piojito, se estacionaba y se bajaba la gente, nos subíamos en lo que daba la vuelta por Zapaitonal, y pasaba por la antigua estación. En la esquina del kinder Jaime Nunó estaba el tinaco y ahí el tren cargaba el agua, se estacionaba y otra vez se subía la gente, en ese momento nosotros nos bajábamos. Eran épocas muy bonitas y quedan los recuerdos.
Don Erasto es la única persona en Teocelo que elabora los tradicionales morteros. Si usted quiere comprar uno de estos o algunas cucharas, máscaras o quiere que vaya a rezar lo puede localizar en la calle de Francisco I Madero, frente a la capilla de Guadalupe o en el Museo.
Nuestro reconocimiento a don Erasto por su oficio, el cual lo hace ser uno de nuestros personajes populares en Teocelo.
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