¿QUÉ PASA CON EL CLEMBUTEROL?
Por: Verónica Carrillo Curi
La palabra clembuterol la conocí porque mi mamá me la dijo hace algunos años, haciendo referencia a algún tipo de dolencia humana en el hígado en la que el clembuterol es precursor... Hace unos 4 años, fui al rastro municipal de Xalapa para comprar un par de ojos de res que mis hijos necesitaron para hacer un experimento en la primaria. En esa ocasión, tardaron poco más de hora y media en “soltar” la carne… Los carniceros estaban verdaderamente coléricos… ¿Por qué tardan tanto en atender? Pregunté y me contestaron que: “la Química” estaba haciendo pruebas del clembuterol para autorizar el consumo de carne para los humanos…
¿El qué..? ¡Clembutero! que ahoritita está tan de moda por los cinco seleccionados que han sido “salpicados” por los directivos en la Federación Mexicana de Futbol. Primero, por permitir que carne contaminada ingresara al Centro de Alto Rendimiento, y segundo, al balconearlos por dopaje, sin haberse tomado la molestia de investigar lo ocurrido, pues aún cuando se compruebe que fue un “dopaje accidental” por ingesta de alimentos contaminados, la mancha sobre sus nombres, carreras y el mal momento por el que los han hecho pasar, ¡nadie se los quita!
Este hecho podría parecer un asunto meramente deportivo, pero se podría convertir en un nuevo escándalo para la administración del Presidente Calderón. Vámonos con tranquilidad, pues lo único cierto es que de repente nos bombardean con tantas declaraciones que hasta el momento resulta complicado entender la magnitud del clembuterol, pues una parte es el tema deportivo, otro el de salud pública, y uno más, el económico.
Es obligación de la Secretaría de Salud (SS) y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) iniciar una investigación para asegurarse que la carne que está llegando a nuestras mesas no esté contaminada con sustancias que pueden ser nocivas para la salud. El viernes pasado ambas Secretarías sacaron un comunicado conjunto para informarnos que el consumo de carne en nuestro país es seguro. Las declaraciones hechas el sábado por el Presidente de la República, Felipe Calderón, y por el Secretario de Salud, José Ángel Córdova, en las cuales aseguran que: “Al menos 30 por ciento de la carne que se expende en los rastros del país está contaminada por clembuterol”, y que “muchos, para que pese más kilitos la vaca, sí le ponen quién sabe cuánta sustancia”, nos obligan a exigir que el tema del clembuterol se aclare mucho más allá del dopaje que pudieran presentar algunos deportistas, pues cuando una tercera parte de la carne que se vende en el país está contaminada de clembuterol ¡el tema se convierte en un caso de salud pública!
Y si los productores de carne del país no se enfrentaran ya a muchos problemas, el clembuterol viene a poner una nueva alerta, que repercutirá en la exportación de carne mexicana, lo cual afectará hasta a los productores que realmente estén limpios en este aspecto.
El clembuterol tiene un polémico estado legal como medicamento en varios países. Debido a estudios contradictorios respecto a sus efectos a largo plazo y su posible relación con problemas cardíacos. El clembuterol ha sido prohibido para uso humano y restringido a uso en animales en varios países, mientras es permitido en otros (como en México) y utilizado para tratar el asma y problemas respiratorios. Es también considerado una sustancia dopante por varios organismos deportivos a nivel mundial.
En México, la Secretaría de Salud ha permitido la combinación de ambroxol más clembuterol en ciertas preparaciones destinadas a eliminar flema a la vez que permitir broncodilatación. Desde 2009 no hay ninguna guía clínica que apoye su uso en humanos, sin embargo el clembuterol está de alguna forma prohibida en deportistas de alto rendimiento.
Por todo lo anterior, no nos debemos conformar con una resolución simplista, de las que están acostumbrados tanto la FMF como las autoridades del país, pues a todas luces las consecuencias del escándalo destapado por el clembuterol van mucho más allá de un “simple pedazo de carne”.
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