22 de agosto de 2015

ROMPER EL CÍRCULO

Recientes sucesos de orden nacional, estatal y municipal nos confirman que vivimos en una sociedad acostumbrada a la simulación, la corrupción y la impunidad.

Ya nada nos indigna ni nos provoca y los escándalos se repiten con más frecuencia  ante las omisiones de las autoridades y  el conformismo de la ciudadanía.

Que se exija la evaluación de  profesores y no la de  funcionarios que dejaron ir al Chapo es perverso y hasta criminal.

Que continúe el gobierno de Veracruz saqueando las finanzas, a costa de sacrificar a niños, jóvenes, mujeres y pensionados no tiene madre.

Que alcaldes como Juanelo y Guicho Pozos no estén hoy en la cárcel por los delitos que cometieron educará a las nuevas generaciones hacia conductas y antivalores del tipo de “el que no tranza no avanza”.

Que se mate o persiga a periodistas como Regina Martínez y Carmen Aristegui, mientras el gobierno  da más poder y facilidades a quienes  controlan la televisión mexicana, es poner por encima de la libertad de prensa, la libertad de empresa.

Que las grandes trasnacionales   desplacen al comercio local y regional o que pongan el ojo sobre nuestros ríos y recursos naturales, solo dejará más pobreza, migración y marginación a las nuevas generaciones.

Para que nuestras familias y comunidades puedan romper ese círculo vicioso e ir a un círculo virtuoso, se va a requerir de nuevos liderazgos –ajenos a los partidos políticos-, especialmente jóvenes con capacidad de convocatoria y de propuesta; la experiencia de los adultos con vocación de servicio; los representantes de una auténtica educación liberadora; líderes y militantes de una opción preferencial por los pobres, o sea párrocos  y religiosas que salgan de los templos y dejen de pensar sólo en las limosnas…

Pronto regresarán a las comunidades más apartadas de México y de Veracruz, viejos actores políticos expertos en la demagogia y el engaño, que a cambio de votos  arrojarán migajas a los pies de humildes familias.

Bueno sería empezar el romper el círculo vicioso de la pobreza-engaño-pobreza, impidiéndoles que sigan lucrando con las necesidades del pueblo, pues como se ha visto recientemente, ahora los fraudes electorales ya no se cometen en las urnas,  el conteo de los votos o la caída de los sistemas electrónicos, sino en la manipulación de mentes limpias y generosas, pero indefensas ante las garras y los colmillos de verdaderas zorras y zorrillos.

No más, ya basta¡



Por lo pronto, en polvorientas y alejadas poblaciones del bajío, dicen que empezarán encuerando a candidatas y candidatos, para pasearlos por las plazas públicas. Para que se enseñen a respetar…

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