16 de mayo de 2015

¡FINCAS SALUDABLES!

Mariana Riveros

El monocultivo es la siembra de una misma especie vegetal dentro de una misma superficie, por lo regular ocurre dentro de extensiones de tierra más o menos grandes. Adoptar el monocultivo en nuestros territorios, es poner en riesgo la salud de nuestras fincas y nuestros alimentos y por lo tanto, resulta peligroso también para nosotros como huéspedes y consumidores de la tierra.

¿Qué debemos saber sobre el monocultivo?

Es vulnerable a plagas. El monocultivo, impone en la tierra un modo de producción que no es natural, pues fomenta el cultivo de una misma especie de planta sin permitir la diversidad, esto significa, que en caso de plagas, las plantas no están preparadas para defenderse contra insectos dejando vulnerable la cosecha.

Usa grandes cantidades de abono químico y plaguicidas. Como hemos dicho arriba, las extensiones de monocultivo, dependen de sustancias artificiales que restan calidad a los alimentos cultivados dañando nuestra salud y rompiendo con el equilibrio natural de la tierra donde la planta crece.

Acaba con la producción familiar. El monocultivo, acaba con la producción familiar donde intervienen formas de trabajo autosustentables, volviéndonos solo consumidores y no productores de nuestros propios alimentos.

El monocultivo, daña y no repara. El monocultivo es empleado en el marco de un modelo económico de producción masiva donde se explota la tierra hasta agotar sus nutrientes. Cuando una extensión de tierra queda dañada por el monocultivo, ésta debe ser sustituida por otra extensión que pueda continuar aportando la misma cantidad de productos.

Por estas razones y más, es importante volver la mirada a lo que tenemos en la región. El cuidado y conservación de las fincas es la mejor forma de contrarrestar la pobreza alimenticia y el deterioro ambiental. ¡Devuelve bienestar a tu finca, cultiva diversidad, siembra y consume tus propios alimentos!

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