9 de marzo de 2015

Nueva privatización en México: ahora le toca al agua

María Elena Ruíz Texon

Una vez más, el gobierno mexicano piensa privatizar otro de los recursos naturales del país, en ésta ocasión es el agua. Lamentablemente ha olvidado las consecuencias que se han hecho presentes al poner en manos de empresas privadas el patrimonio de México; anteriormente con PEMEX y ahora con el dictamen de la Ley General de Aguas  en el que cabe mencionar, se privatiza el suministro y la construcción de infraestructura para los efectos de la misma en todo el país, lo anterior ha sido relacionado con el fracturamiento hidráulico (fracking) y el uso supuestamente regulado del vital líquido que estará en manos de empresas del sector privado.

Por otro lado y aunado a esto, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera  mencionó que en ningún momento se habló de privatizar el agua, sino que sólo se busca que se preste un mejor servicio y con mayor eficacia. Aunque lo anterior guarde cierta coherencia para evitar el desperdicio de ésta, entonces, ¿cómo le llama a poner un recurso natural en manos de empresas privadas? Si el mismo dictamen aprobado por los partidos PRI, PVEM y PAN ha señalado que la iniciativa privada podrá invertir, entre otras cosas, en extracción, distribución, suministro, disposición, facturación y cobro del agua.

En relación con lo anterior Gustavo Madero, líder del PAN no dudó en decir que lo que más le conviene al país es que dicha ley fuera aprobada; en contraparte, el usuario sólo podrá utilizar el líquido si antes paga por él, de ésta forma el agua dejará de ser un recurso sustentable para ser un objeto más del comercio privado del país,  siendo ésta una consecuencia menor comparada con el fracturamiento  hidráulico que tan sólo para un pozo requiere de 9 a 29 millones de litros de agua, y que además ha sido prohibido en la práctica en demás países debido a la invariable serie de consecuencias que ha traído y que repercutirían en el medio ambiente y la salud.

El papel que juega la privatización en Veracruz.

Y si no vamos tan lejos, el Estado de Veracruz no se queda atrás, ya que  según el diputado del Partido del Trabajo (PT), Fidel Robles, con la aprobación de la Ley General de Aguas se hará uso indiscriminado del líquido por parte de la industria del fracking lo que causará una escasez de agua en el estado debido a que es el que cuenta con una gran cantidad de cuencas hidrológicas en todo el país, no obstante, el uso desmedido del recurso natural por parte de los habitantes ha causado una considerable escasez, sin embargo ésta no puede ser comparable con la que causaría la práctica del fracking en nuestras cuencas, que más allá de contaminar el agua causaría graves daños sobre la salud de las personas.  

Por consiguiente, la presente ley será la puerta abierta para las diversas empresas transnacionales que han querido obtener recursos de la hidrología del estado como lo quiso hacer la empresa brasileña Odebrecht al pretender construir una hidroeléctrica en el río de Los Pescados perteneciente a la cuenca de La Antigua.

De esta forma los recursos hidrológicos del estado se encuentran en un permanente riesgo desde el momento en el que la empresa brasileña puso en la mira a los ríos veracruzanos a los que por cierto no ha podido acceder debido a la acción de los habitantes de Jalcomulco en el caso del río Los Pescados, por el razonable temor de perder el derecho a un recurso natural indispensable.

No obstante, si el ser humano por demás se ve limitado a tener un recurso natural que es su derecho, con la Ley General de Aguas que además permitiría realizar el fracturamiento hidráulico debería pagar por un elemento indispensable para la vida. Por otro lado, aunque ésta acción haya sido realizada supuestamente para regular el uso del agua, existen formas más redituables para poner a reflexionar a las personas sobre la utilización desmedida de la misma.





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