Edith Peredo
Imagine que un día cualquiera, se encuentra en la comodidad de su casa, descansando, comiendo, leyendo o haciendo lo que más le guste…
Imagine que mira en las noticias (en esos medios que solo entretienen con telenovelas) que un megaproyecto (gasoducto, presa, minería, etc.) se construirá en su comunidad. Uno grande, apoyado por el gobierno, liderado por una empresa transnacional. Un proyecto que traerá desarrollo al pueblo, trabajo, bienestar…
Suponga que escucha en la radio (en las noticias que sí le informan) que el mismo megaproyecto traerá consigo daño ambiental, destrucción de flora y fauna única en la región, empleo temporal y mal pagado.
Imagine que varios ciudadanos se unen en colectivos para pronunciarse contra la ejecución de los proyectos. Que son personas como usted y como yo, estudiantes, amas de casa, campesinos, trabajadores. Que se informaron y acercaron a ambientalistas, abogados, científicos e investigadores para saber las consecuencias de los planes del gobierno y los extranjeros. Fantaseé un poco y observe como esas personas son llamadas locas, opositoras al cambio, delincuentes. Y además… como son hostigados, demandados y asesinados. Sí, todo por estar en contra de proyectos que en sus mismos estudios previos (llámese Manifiesto de Impacto Ambiental, publicado y al alcance de un clic) describen que habrá afectaciones a la vegetación del lugar, desplazamiento de fauna y daño al territorio cuando se construyan los edificios, ductos, trasvases, cortinas, etc.
Mire como el gobierno emprende una campaña criminalizadora contra ellos y trata de desprestigiar a los movimientos que apuestan siempre por el bienestar comunitario, el agua para todos, las tierras productivas, el campo verde, la vida en armonía con el medioambiente.
Y en este imaginario, no pierda de vista como la resistencia se hace grande, como los que conoce y los que no; luchan y se enfrentan al gobierno, se plantan de frente y sin miedo. Todo por defender lo tuyo y mío: lo nuestro.
Preste atención y observe a los “representantes del pueblo”, ¿se da cuenta como se regodean? Y viven en sus mansiones (como las que salen en Televisa o Tv Azteca), como saquean al país, someten, presionan y pisotean al pueblo.¿Lo imagina? ¿No?
¡No es necesario! Pssst… Pssst…
¡Volteé! Eso ya está pasando.
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