TESTIMONIOS SOBRE LA VIOLENCIA

Anónimo

Esta es mi historia de vida y un trauma que tendré por siempre ya que mi padre es alcohólico y cada vez que toma le quiere pegar a mi mamá o nos corre de la casa.

Desde que yo recuerdo siempre ha sido así, a la única persona que tengo y valoro en mi vida es a mi madre, pues ella ha sido madre y padre a la vez, ella siempre ha trabajado en casas para sacarnos adelante a mi hermana y a mi. Mi familia es de economía baja y humilde pero respetuosa y con valores. Mi padre es campesino y no me avergüenzo de eso, pero sí lo odio por el daño que nos ha hecho, un tiempo trabaja y un tiempo agarra la borrachera de hasta un mes o mes y medio. Cuando él toma canta y llega a la casa a hacer su desmadre, llega buscando a mi mamá para pegarle, o para ofenderla  con una palabras que con sólo recordarlas me parten el alma.

Cuando yo tenía 8 años, estaba jugando con mis amigos y escuché que venía mi papá muy tomado y gritando a media calle. Lo que hice fue correr a mi casa y encerrarme con mi mamá, hermana y su esposo. Mi papá llegó pateando la puerta y gritando que le abriéramos o que la iba a tirar, yo  lloraba y temblaba de miedo y al mismo tiempo le pedía a mi mamá que nos fuéramos a casa de mi abuelita, pero como siempre mi mamá me decía que no, porque la casa era de ella y el que no tenía nada que hacer ahí era mi papá, pero hacer entender a un borracho es imposible. Entonces él entró y se le fue encima a mi mamá queriéndole pegar y diciéndole que era una hija de su puta madre, una puta y que no servía para nada y yo siendo un niño no podía hacer nada, sólo llorar y ver esas feas imágenes.  Mi papá sacó su machete para pegarle a mi mamá, pero ahí estaba mi cuñado y él se interpuso, mi papá se le fue a machetazos y comenzaron a pelearse entre ellos, quebraron vasos, platos, el espejo del ropero y la tele, que en ese tiempo era algo que mi madre había comprado con mucho esfuerzo, fue un pleito que hasta el día de hoy lo tengo grabado en mi mente y que no le deseo a nadie que lo viva.

Después del pleito llegaron los policías y se llevaron a mi papá, por ese día había terminado el trauma pero nos dejó dicho que se cuidara mi mamá porque la iba a matar nada más que saliera. Al otro día salió y siguió tomando y al paso de los días volvió a ir a la casa, sólo estábamos mi mamá y yo, era cuando más miedo me daba pues no había quién me cuidara y para impedir que le pegara a mi mamá, entonces yo en mi cama acostado y llorando vi cuando él la agarró de los cabellos y le pegó una y otra bofetada, le decía tanta cosas que lo considero como un maldito machista.

Al paso del tiempo yo crecí y seguí viviendo esas situaciones, pero un día me dije a mi mismo que ya no iba a permitir más golpes y ofensas hacía mi mamá y desde ahí cada vez que pasaba esto yo lo enfrentaba. Hasta que un día lo corrimos de la casa, después de tanto maltrato... Le guardo mucho rencor a mi padre, a veces prefiero verlo muerto a que nos siga haciendo la vida “de cuadritos”.

Aunque él ya no vive con nosotros me da miedo y aún pienso que si vuelve a tomar vaya a la casa... Mi padre no me da amor, cariño ni dinero como un verdadero padre lo haría por sus hijos, en realidad yo igual no siento nada por él.

Desde entonces vivo yo sólo con mi mamá, ella sea como sea me da lo mejor para que a mi no me falte nada, ella es todo lo que tengo para vivir y salir adelante, ella me dice que quiere que sea un hombre de bien y que aunque cueste ganarse el dinero es mejor honradamente, pues el dinero fácil no sirve. A pesar de todo esto que he vivido y sufrido he podido salir adelante con el apoyo de ella y me ha demostrado que todo en la vida se puede y ella me lo demuestra con su ejemplo, siendo madre y padre a lva vez. Después de tanto que mi madre ha hecho por mi sólo espero terminar mis estudios y no repetir estas situaciones que yo viví cuando tenga mi propia familia.
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Carta ganadora del Tercer Lugar (empate) del Concurso “Testimonios sobre la violencia”, organizado entre estudiantes de sexto Semestre del Telebachillerato Teocelo.