3 de diciembre de 2013

AGUIJÓN COATEPECANO

Oscar León

En  la víspera  del cierre  de año, el cabildo  coatepecano, se ha dedicado a dejar de hacer  obra y ver pasar  el tiempo, en espera de que se cumpla  el plazo y decir ahí nos vemos.  El balance, la evaluación o una autocrítica, eso no importa. Tal parece que aplica la frase: Este arroz ya se coció. Pues prácticamente  esta  acéfala  la  alcaldía y los regidores   brillan  por su ausencia.

Varias publicaciones han sacado su pluma  para exhibir  la opacidad del  cabildo y la falta  de capacidad  de gestión para  bajar recursos y que se brinde la atención que merece el municipio, que además es cabecera de distrito y tiene  tanta  cercanía  con la capital, era para que estuviera perfectamente  vigilado y operando bien todas  las  áreas del ayuntamiento.

El año  de Hidalgo ya se viene  observando  desde hace unos  meses, con los despidos  masivos  de trabajadores de confianza, bueno  no hay recursos  ni para la adquisición de focos para   el alumbrado  público. Por ello es que  vivimos  en una ciudad  en penumbras.  Ha trascendido que la deuda  que dejará  Manolo es de casi  veinte  millones de pesos.  Pero que no  pasa nada, menos ahora que  se lleva  de manita  sudada  con el gobernador.

Las gélidas temperaturas que se han sentido  en estos días, trae a la mente la deforestación que ha ocurrido  en la zona y que permite que haga tanto  frio. Lo  curiosos es que ahora no hayan  suspendido  las clases. Y vaya que se ha sentido  fuerte  el frío.  Lo peor  de esto es que con seguridad el frío  va a continuar y la deforestación en la zona  boscosa también. Esto  provoca que haya extremos  en el clima. Mucho frío o mucho calor.

Las  lluvias que han caído en las ultimas  fechas, son el mejor  pretexto  para que los comerciantes incrementen  sus precios  de manera angustiante. Todo  ha subido, pero  los alimento  perecederos aún más. Y no se diga frutas y verduras que se han disparado  y aún no ha llegado  diciembre.

Prohibido enfermarse pues tendría problemas  por el desabasto de medicamento  en el sector salud. Tanto  en  el IMSS, como en salubridad, hay  pocos medicamentos. Lo peor es que le dicen, si se va a surtir su receta  pero después ya  que  no hay medicamentos.

Los  caminos  rurales no han sido  atendidos en estos años, y da la impresión de que será  hasta el próximo año  cuando  se pueda disponer  de recursos  para  darle  mantenimiento a los caminos  vecinales  ya  que  urge  regarle  unas cuantas  camionadas  de balastre  para poder  transitar mínimamente.

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