17 de mayo de 2013
AGUIÓN COATEPECANO
Oscar León
Las calles que tienen adoquín, en Coatepec, están verdaderamente deterioradas. Ya son varias las reparaciones que se les ha hecho y continúan llenas de baches, esto provocado por el exceso de uso de todo tipo de vehículos pesados y las constantes lluvias se conjuntan para que haya hundimientos y dificulten el tránsito por estas rutas. Las calles de Colón, Terán, Melchor Ocampo y Zamora son algunos ejemplos de que urge el cambio a concreto hidráulico, pues forman parte del primer cuadro de la ciudad.
Otra plaga que asedia en distintos rumbos del pueblo, es la aparición de carros abandonados llamados autos-macetas. Algunos llevan años sin que ninguna autoridad se preocupe por retirarlos. Lo grave es que se convierten en contaminación ambiental y visual que causa mal aspecto para quien visita este Pueblo Mágico. Algunos más son utilizados como guarida de mal vivientes. Y evidencia franco descuido de las autoridades municipales y de tránsito.
Apenas ha caído el primer aguacero y ya se observó como hizo falta darle mantenimiento a las atarjeas y limpiar los drenajes. Las coladeras se figuraban unas fuentes y cientos de litros de agua corrían por las calles provocando caos vehicular por la dificultad visual que ocasionaban las fuertes ráfagas de viento, con una pertinaz y atípica lluvia de mayo. Queda claro que CMAS no hizo el trabajo previo a la temporada de lluvias.
Fría, desangelada y con poco entusiasmo han transcurrido los primeros días de la Feria de Coatepec. Quienes han asistido, mencionan que es un tianguis, nada atractivo y sobre todo muy caro, hasta la entrada. Lo menos que nos dicen es que no vale la pena. Como se añora aquellos años en que la feria la hacia la comunidad, era familiar, del café y con promoción de la artesanía local. Principalmente se extraña la seguridad que existía. Hoy el recinto se ubica en la periferia, calles medio oscuras con el riesgo propio que esto conlleva. Y necesariamente hay que pagar un transporte. ¡Vaya que sale caro!
En todos los partidos políticos se presentaron fuertes luchas internas que les han fracturado y llegan a una contienda electoral bastante desgastados. Muchos se creen con los méritos suficientes para captar votos y se sienten relegados por sus partidos. Se observa que el mayor daño es provocado por el fuego amigo y no se ve por donde se puedan curar las heridas que dejo la selección interna, tanto que más de algún candidato se fue a tocar la puerta de otro partido haciendo pública su renuncia. Ni modo, otros se han disciplinado y los ubican en la banca para que tengan un compás de espera.
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