la maestra Aracely Fuentes Anell exponiendo sobre el ferrocarril Xalapa-Teocelo "El Piojito", en los festejos de San Jeronimo en Coatepec. |
Aracely Fuentes
A diferencia de períodos anteriores, durante el porfiriato (1876-1910), el impulso modernizador ferrocarrilero resultó un éxito porque se logró una “tranquilidad forzada”, basada en la paz, el orden y el progreso, con la cual se legitimó la idea de enfocar al país hacia el desarrollo económico. Por otro lado, porque fue un presidente capaz de seducir al capital extranjero y apoyarse en los grupos regionales de comerciantes, hacendados, empresarios y terratenientes para lograr su propósito. Esta idea era secundada por los discursos políticos estatales. En Veracruz, por ejemplo, Teodoro A. Dehesa (quien gobernó de 1892 a 1911) decía en 1896 que era necesario cambiar la dinámica de los caminos de la época ya que “sin caminos adecuados la base económica no prospera…ni la agricultura puede progresar, ni la propiedad subir de precio, ni el comercio adquirir actividad y desarrollo; en una palabra, que los grandes elementos de riqueza natural que encierra nuestro territorio serán enteramente perdidos”(Blázquez Domínguez, 1986: 4694) es decir, por falta de vías fáciles de comunicación, permanecerían incultas vastas extensiones de tierras que “asombran por su fertilidad y la riqueza y exuberancia de su vegetación”.
Una de las regiones que ocupó la atención del Gobierno Federal, el respaldo discursivo del Gobierno Estatal y el capital extranjero fue la de Jalapa a Córdoba, pasando por Xico y Teocelo. El incentivo que encontraron los visionarios inversionistas estadounidenses para llevar a cabo ésta se basó en la fuerza hidráulica de la Cascada de Texolo, así como las excelentes condiciones climáticas y la calidad del suelo.
De esta manera el 6 de diciembre de 1895, el Gobierno Federal concesionó á los Sres. Juan B. Frisbie y Cía., á la Compañía ó compañías que al efecto se organizaran, para construir por su cuenta y para explotar de la misma manera, durante noventa y nueve años, un ferrocarril con su correspondiente telégrafo y teléfono para el uso exclusivo del mismo ferrocarril, que partiendo de Jalapa ó de Pacho Viejo, que pasando por Coatepec, Jico y Huatusco, llegara á un punto del Ferrocarril Mexicano. El 24 de diciembre de 1896 otra concesión ampliaba los plazos de su construcción. Finalmente, el 22 de julio de 1898 se relevó a la Empresa, de la obligación de llevar su línea hasta Córdoba, declarándose que el punto terminal del ferrocarril era Teocelo. La razón de esto fue la geografía accidentada y el alto costo que implicaba su construcción.
En ese mismo año, el General Juan B. Frisbie, representante de la sociedad Juan B. Frisbie y Compañía, traspasó a la Jalapa Railroad and Power Company (autorizada y constituida el 17 de julio de 1897 con arreglo a las Leyes del Estado de Nueva Jersey, con oficinas en Nueva York, Louis T. Haggin era el Presidente y Elliot M. West el Secretario Tesorero) la concesión que obtuvo del Gobierno Federal para la construcción y explotación del Ferrocarril de Jalapa a Teocelo, el ferrocarril y la negociación de luz eléctrica y fuerza motriz establecida en Teocelo. En este traspaso quedaron comprendidas todas las obras del expresado construidas hasta la fecha o en vías de construcción, los terrenos y edificios adquiridos y destinados al servicio de la empresa, según el inventario. Fueron cerca de 60 personas que vendieron una franja de sus terrenos a Frisbie, con la intención de que el tren atravesara sus propiedades, algunos de éstos las cedieron a voluntad. Entre los personajes sobresalientes de las ventas se encuentran: Antonio Sánchez Esteva (alcalde de Xalapa del 5 de enero al 21 de julio de 1884 y del 30 de marzo al 4 de abril de 1892), Francisco de P. Pastoressa (fue regidor 2º en el ayuntamiento del alcalde Eduardo Bouchez y el Jefe Político Mariano Caraza), y Francisco de P. Pasquel (adquirió la Hacienda Zimpizahua en 1865). Hay conocimiento de diez servidumbres de paso para el ferrocarril y la adquisición de dos casas en Xalapa, un contrato de concesión por el término de 99 años para el establecimiento de postes y alambres en calles de Coatepec, un contrato de prestación de servicios para el alumbrado de luz eléctrica de la ciudad de Jalapa por el término de 20 años, otro para el alumbrado de luz eléctrica de la ciudad de Coatepec, también por el término de 20 años, otro más para el alumbrado de luz eléctrica de la ciudad de Teocelo, por el término de 10 años; los tres celebrados con el H. Ayuntamiento respectivo y dos fracciones de terreno en Texolo.
Una vez resueltos los problemas de concesiones, la geografía caprichosa, los costos, la compra-venta de terrenos, el itinerario y la administración del servicio, el Ferrocarril de Jalapa a Teocelo sólo necesitaba habilitarse. Mr. Louis T. Haggin, presidente y dueño de la Jalapa Railroad & Power, Co., terminó la construcción del ferrocarril y con la dirección de Mr. Boone, Mr. Hobart y Mr. Davis tres técnicos norteamericanos, llegó el ferrocarril a Teocelo y la planta eléctrica “Texolo”, que surtía de energía a Teocelo, Xico, Coatepec y Xalapa.
La inauguración como práctica social no se hizo esperar. No sólo se convocó a la presencia de los altos mandatarios, también fue partícipe el pueblo. Para dar fe de la habilitación del ferrocarril, el Gobernador del Estado invitó al Presidente de la República así como a una comitiva de Gobernadores de Estados vecinos. Este hecho quedó registrado en El Popular de la ciudad de México, el cual publicaba el 21 de abril de 1898: “El Gobernador de Veracruz ha enviado á esta capital una comisión que trae el exclusivo objeto de invitar al señor presidente de la República para que se sirva asistir á la inauguración del ferrocarril de Jalapa á Teocelo, cuyo acto tendrá efecto el día 30 del actual. El Sr. General Díaz aceptó la cortés invitación. El día 29, por la vía del Interoceánico saldrá el Primer Magistrado en compañía de los Secretarios de Estado y otras personas. En Puebla se incorporarán á la comitiva los Gobernadores Mucio Martínez y Próspero Cahuantzi.” (El Popular, 21 de abril de 1898).
El Gobierno de Veracruz no fue el único preocupado por asegurar la visita de don Porfirio Díaz. También los representantes de la Jalapa Railroad and Power Co. se movilizaron para ofrecer comodidades óptimas al presidente de la República y sus secretarios que eran invitados especiales y hacerlos llegar al lugar de la inauguración. Según el periódico El Tiempo esto pasaba en Xalapa: A las siete de la mañana del domingo cuatro vagones especiales condujeron a los invitados a la estación del Ferrocarril. Tres máquinas estaban dispuestas para conducir á los invitados á la inauguración; la primera de exploración, la segunda con dos coches para los invitados y la tercera con dos carros palacios para el Sr. Presidente y su comitiva. A las ocho se puso en marcha el tren inaugural. (El tiempo, 4 de mayo de 1898). El tren había iniciado su recorrido hasta Teocelo. A todo lo largo del camino era saludado por vecinos de las poblaciones inmediatas, que habían acudido aguijoneados por el deseo de conocer al Presidente. Como se reunió mucha gente el maquinista tuvo que dirigirlo lentamente para evitar algún accidente. Las autoridades locales de Coatepec recibieron al General Díaz, el Lic. Alejo Galván le dio la bienvenida. En Xico lo esperaban el resto de los invitados, de ahí fue conducido a la Cascada de Texolo junto con sus ministros, el Gobernador del Estado y el General Frisbie. Sin embargo, sólo ellos fueron trasladados con cuidado, los demás invitados hicieron el viaje a pie. En la Cascada pudo ver la instalación eléctrica. De Texolo a Xico regresó a caballo de ahí nuevamente utilizaron el ferrocarril para llegar a Teocelo al medio día.
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El texto anterior es parte de una ponencia titulada La construcción del Ferrocarril de Jalapa á Teocelo (1895-1898), presentada el pasado 22 de septiembre en el marco del 11º Festival San Jerónimo realizado en Coatepec, Veracruz. La cual a su vez fue parte del programa cultural organizado por el Círculo Cultural Coatepecano, dirigido por la Doctora en Historia Soledad García Morales, a quien agradezco la invitación que me hizo para participar con este granito de arena en el propósito de reconstruir nuestra historia regional. Asimismo, quiero aprovechar este medio para felicitar a Martín Blázquez, Gregorio Jácome, Elías Rodríguez y demás compañeros del Círculo por el compromiso y amor que han proyectado en la difusión histórico-cultural de la región Coatepec, Mahuixtlán, Xico y Teocelo.
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