La campaña de Enrique Peña Nieto está arrastrando no multitudes, pero sí medios de comunicación y periodistas acostumbrados a halagar a cambio de dinero, con tal de regresar a Los Pinos a costa de lo que sea…
Como se sabe, desde 2010 Televisa y el equipo del entonces gobernador del Estado de México pactaron para comenzar a promover su figura, al lado de La Gaviota, como lo ha venido documentando desde entonces la revista Proceso.
Se puede decir, entonces, que Peña Nieto no es el candidato del PRI o de la gente, sino de la empresa televisiva más poderosa de México, empeñada ahora en quitar y poner presidentes de la república.
Por eso, el martes 15 de mayo el Canal de las Estrellas arremetió contra la periodista Carmen Aristegui y su colega de Proceso Jenaro Villamil, quienes en el ejercicio de su profesión han puesto al descubierto los negocios entre Peña y Televisa.
Una cosa parecida está ocurriendo también en los estados de la república, donde vemos cómo los medios locales, impresos y electrónicos -imitando a Televisa-, sacan de sus páginas y pantallas las muestras de rechazo al candidato del PRI. Como en la Ibero.
En Xalapa, por ejemplo, una jauría de medios y periodistas vienen orquestando el linchamiento mediático del reconocido y prestigiado académico de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera, quien en su calidad de analista político, ha venido promoviendo que el próximo 1ro de julio se vote “por el menos peor”, pero nunca jamás por el PRI.
El hecho no debe pasar desapercibido, a 45 días de las elecciones, si a ello le sumamos la herida que nos dejó abierta la ejecución de la corresponsal de Proceso en la capital del Estado, Regina Martínez, quien curiosamente junto con Jenaro Villamil venían investigando a dos candidatos del PRI por su actos y omisiones en el combate a la narcodelincuencia: Reynaldo Escobar Pérez y Alejandro Montano Guzmán.
El próximo sábado, 19 de mayo, de acuerdo a lo que se puede percibir en las llamadas redes sociales, se van a realizar marchas anti-Peña Nieto en diversas plazas públicas del país, pero ya desde ahora comenzaron a aparecer grupos de choque del Revolucionario Institucional, aquí en Veracruz, tratando de contener, desintegrar, reprimir a los opositores del candidato de Televisa.
Si el proceso electoral entra a una zona de turbulencia política, ya sabremos entonces de dónde vinieron las cosas y quiénes serían los responsables: un candidato ignorante –como lo llamó Carlos Fuentes-, un partido en la banca hace dos sexenios que busca recuperar el poder y una televisora que reclama exclusividad en el espectro radioeléctrico, para seguir adormeciendo nuestra conciencia con telenovelas, juegos de futbol y demás programación de mal gusto.
La pregunta es: ¿de dónde está saliendo el dinero –millones y millones de pesos-, para intentar que Televisa reinstale al PRI en Los Pinos?
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