1 de junio de 2012

DESENTONA MILLONARIO CONVENTO EN XICO




Elfego Riveros


EL PÁRROCO DE COSAUTLÁN COMENTÓ QUE SE CORRE EL RIESGO DE QUE LA MAGNA OBRA ESCANDALICE A LA COMUNIDAD CATÓLICA, PUES  DICHA CONSTRUCCIÓN SE IDENTIFICA MÁS CON SIGNOS DE OPULENCIA Y PODER, QUE CON LAS NECESIDADES DE LA GENTE

Cincuenta veces más grande que el Wal-Mart  o  cien veces el tamaño de la gasolinera, el convento de monjas benedictinas sigue levantándose entre El Crucero y la cabecera municipal de Xico, obra millonaria que comenzó a generar reacciones entre diversos sectores de la población.

En la versión pasada de Alta Voz, del 16 de mayo, se adelantó que la compra-venta de terrenos y otorgamiento de permisos, habrían sido liberados durante las administraciones de Antonio Morales Hernández, Darío Gálvez Córdoba y Rogelio Soto Suárez, de acuerdo a funcionarios de la actual administración, que preside  el CP Luis Alberto Pozos Guzmán.

Aludido en la nota, se comunicó a Radio Teocelo el ex alcalde Antonio Morales Hernández, quien negó categóricamente la versión publicada en este medio, exigiendo que en el uso de su derecho de réplica se corrigiera la versión, revirando además que habría sido en el periodo del profesor Juan Manuel González Gálvez (1998-2000) cuando las monjas benedictinas lograron los permisos.

Requerido sobre el tema, rechazó el profesor Juan Manuel la versión de Antonio Morales, advirtiendo que probablemente el ex alcalde Darío Gálvez Córdoba, habría tenido trato con las religiosas, para facilitar la construcción del millonario convento.

Finalmente, se localizó el Acta de Cabildo de la sesión número 70, de fecha 25 de noviembre de 2009, en la que por unanimidad el ayuntamiento 2008-2010 decidió autorizar el cambio de uso de suelo del convento de las madres benedictinas, durante el periodo del alcalde Rogelio Soto Suárez.

El acta de cabildo está firmada también por el anterior síndico de Xico, Tomás Mestizo Pérez; el regido primero Brígido Abel Vilis González; el regidor segundo, Julián Javier González Suárez; el regidor tercero, Miguel Alberto Gómez Soto y el entonces secretario Servando Manuel Pozos Cancela.
En esa fecha, dentro del cuarto punto de la orden del día, los ediles del ayuntamiento resolvieron  y firmaron lo que  a la letra dice:

El secretario hace lectura del escrito por parte de las Madres Benedictinas donde solicitan la actualización del cambio de uso de suelo de habitación (sic) a cambio de uso de suelo especial utilizándolo para criptas siendo sesenta y se encontrarán dentro de la cimentación de la iglesia de dicho recinto, servirán de uso exclusivo para la comunidad Benedictina. Se somete a votación después de discutido lo suficiente, votando por unanimidad el cuerpo edilicio, siempre y cuando se cumpla con la normatividad correspondiente.

La Iglesia de los Pobres
Representando a una iglesia austera, la de los pobres, el párroco de Cosautlán Alfredo Hernández Vázquez comentó que la religiosa italiana que ideó este monumental edificio para monjas benedictinas, probablemente no estuvo bien asesorada y ahora  corre el riesgo de que la magna obra escandalice a la comunidad católica, pues  dicha construcción se identifica más con signos de opulencia y poder, que con las necesidades de la gente que rodea el millonario convento.

“No estamos en Europa, aquí hay pobreza y miseria; y aunque las monjas vayan a vivir dentro con austeridad, el gran edificio ya está y puede ser un escándalo”, opinó.

En opinión del padre Alfredo, los casos de excesos y lujos entre curas y monjas –como casas, edificios, vehículos e incluso vestimenta y joyas carísimas-, son contrarios al Evangelio y se apartan de la austeridad, la prudencia y la congruencia con que deben conducirse   sacerdotes  y congregaciones religiosas.

Deben también, los párrocos y la comunidad católica, “no gastar un dineral en fiestas patronales”, pues a veces  se pagan arreglos florales de 40 mil pesos –que duran unas horas- o docenas de cohetes de hasta 55 mil pesos, que se queman en  minutos, dijo el párroco de Cosautlán,  con  40 años de vida sacerdotal.

Durante su espacio en Radio Teocelo, el viernes 18 de mayo, el padre Alfredo Hernández Vázquez recordó que en México hemos tenido dignos representantes de la Iglesia de los Pobres, como Samuel Ruiz, Bartolomé Carrasco, Arturo Lona y Sergio Obeso Rivera, siempre cercanos a la gente y sus  comunidades, alejados del lujo, del dinero y de los poderosos.

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