Veronica Carrillo Curi
El Día del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo. No sólo se trata de festejarlos, sino de promover sus derechos y sensibilizar a las personas de la importancia de éstos.
En México, se instauró a partir de 1924, el 30 de abril, como fecha oficial de conmemoración, tras la Declaración de los Derechos del Niño en Ginebra y siendo el Presidente de la República Álvaro Obregón y José Vasconcelos como Ministro de Educación Pública. Sin embargo, fue hasta el 20 de Noviembre de 1959 cuando la Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración Universal de los Derechos del Niño y recomendó que todos los países instituyeran un día de conmemoración.
Una de las obligaciones a las que se ve sometido México, como país signatario de tratados internacionales, es acatar sus recomendaciones. Por lo que México está obligado a seguir dicha Declaración, que recomienda a “…todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos…”
Cabe recordar que el mes de abril del 2011, el Congreso mexicano aprobó por unanimidad reconocer el Derecho a la Alimentación de todos los mexicanos.
Lo que derivó que en junio de 2011, estuviera en México, Oliver de Schutter, relator de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, quien en misión oficial visitó poblaciones de Jalisco, Chiapas, Nayarit y San Luis Potosí y se reunió con representantes de comunidades rurales, organizaciones de la sociedad civil y con autoridades de los diferentes niveles de gobierno. Después de dichos encuentros, emitió un informe en el que menciona que en México persisten condiciones que hacen lejana la meta de reducir el hambre en niños menores de 5 años y que estos se encuentran por debajo de su peso normal.
Más que regalitos a los niños por su Día, es necesario, urgente, primordial que nosotros los adultos nos enfoquemos y aprendamos a nutrir a nuestros hijos. Ese es el mejor regalo que les podemos dar. Si bien es cierto que al gobierno mexicano le falta, nosotros debemos aprender presionar y cambiar actitudes y actividades que favorezcan una mejor nutrición familiar.
Porque una buena nutrición garantiza a nuestros hijos, una vida plena y llena de satisfacciones. No hay que olvidar las tradiciones alimentarias mexicanas, desarrolladas y puestas a prueba con éxito durante 4,000 años, para sustituirlas por comidas gringas, culinariamente primitivas, muy costosas y poco saludables.
El problema en México de la mala nutrición, desnutrición, sobrepeso y obesidad es, por un lado, la falta de políticas desde el gobierno que realmente promuevan el derecho a la alimentación y por otro, es un problema educativo, que podríamos todos y cada uno de nosotros, prevenir con mayor facilidad.
Oliver de Schutter comentó que “…espera que México vaya más allá, ya que cuenta con todas las herramientas, instituciones y los programas excelentes que necesita...Existen muchos elementos prometedores en el país, pero tienen que conjuntarse los esfuerzos para que haya más congruencia y solamente analizando el sistema alimentario en su totalidad se podrán examinar los problemas tan diversos que enfrenta México”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario