Jorge E. Lara
Cuando empezó la lucha encabezada por la Coalición de Pensionistas del IPE del Estado de Veracruz (COPIPEV) unos colegas me expresaron que habían adquirido nuevos bríos para combatir y resistir, ante toda esa injusticia del descuento al aguinaldo contra los ciudadanos de la tercera edad, mismos que laboraron durante 30 años o más en actividades pedagógicas y académicas. Lo que más los inconformaba es que ese IPE, surgido en la mitad del siglo XX, está a punto de colapsar por los malos manejos administrativos, por los fraudes y por esos estropicios o saqueos político electorales.
En torno al tema, considero que las autoridades estatales ameritan estar pendientes de la organización y buen funcionamiento del Instituto de Pensiones; atender sus requerimientos urgentes, canalizar los recursos financieros que le adeudan a tal organismo público descentralizado y supervisar acuciosamente las acciones implementadas por el Consejo y las autoridades de esa dependencia. Es menester que el mismo gobernador Javier Duarte de Ochoa se interiorice de la problemática existente, pues en esa multicitada “caja chica” ha sucedido de todo e históricamente muchos truhanes han salido beneficiados y no se les ha castigado como debe ser. Es el momento y la oportunidad estratégica para que las cosas empiecen a cambiar y se devuelva la confianza a la ciudadanía sobre el valor de las instituciones públicas.
El COPIPEV como organización independiente proseguirá en su lucha reivindicatoria a favor de los pensionistas de la entidad veracruzana; ha realizado tareas en diferentes frentes y a la fecha se ha visto fortalecida con el trabajo de los compañeros de las regiones de Poza Rica, Papantla, Orizaba, Córdoba, Puerto de Veracruz, Jáltipan, Minatitlán y Xalapa. Se han efectuado reuniones informativas, conferencias de prensa, entrevistas radiofónicas, diálogos con representantes populares, visitas al Congreso de la Unión y al Senado, sin dejar de lado el volanteo, la elaboración de manifiestos, oficios a las autoridades locales y artículos periodísticos. Las fortalezas humanas que posee la Coalición se están considerando para otras diversas labores en esa cruzada digna y difícil que se ha emprendido para vigorizar y dignificar a nuestro Instituto solidario y humanista.
Ya estuvo bien que en reuniones de trabajadores vinculados al campo educativo, promovidas por líderes sindicales y funcionarios del IPE, traten de exhibir a la Coalición de jubilados como un organismo ofensivo para el buen funcionamiento del organismo en cuestión. Todo lo contrario, la COPIPEV pretende que el Instituto opere con solvencia, solidez y eficiencia; que la normatividad existente de tal institución se cumpla a cabalidad y que los derechohabientes sean atendidos con atingencia. Se demanda por parte de todos los interesados que tanto el Titular, sus colaboradores inmediatos y el Consejo Administrativo se guíen por los senderos de la transparencia, de la honestidad, de la responsabilidad y de la eficacia. Estamos a la espera de todo ello y vamos a seguir enjundiosos en esa cruzada.
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