3 de agosto de 2011

HABLANDO DE MUJERES

 LA PERSPECTIVA DE GÉNERO DE LA MIGRACIÓN

Por: Beatriz Mora

Hace algunos años, cuando pensábamos en la migración, dábamos por hecho que únicamente eran los hombres quienes migraban. Hoy la situación ha cambiado, son cada vez más las mujeres que van a otras ciudades o países buscando mejorar sus condiciones de vida y las de su familia.

Ahora, las mujeres no sólo emigran para reunirse con sus familiares sino también para obtener empleo. Sin embargo, la migración tiene consecuencias diferenciadas para hombres y mujeres. A los hombres por ejemplo, se les reconoce, valora y aplaude que hagan el sacrificio de ir a otros lugares para mantener a su familia; en cambio a las mujeres se les juzga socialmente por la misma acción, juicios que se agravan aún más cuando esto les implica dejar a sus hijas o hijos. Las mujeres, además de exponerse a los peligros que enfrentan los hombres, sufren la agravante de las violaciones sexuales, a manos del narco, de otros migrantes, de los “polleros” y de la policía. Es decir, a las mujeres la mayoría de sus derechos les son violados desde el lugar de origen, en el tránsito migratorio y, muchas veces, en el país de destino.

La otra cara de la migración es cuando las mujeres se quedan al frente de los hogares, lidiando en muchas ocasiones con la resistencia de l@s hij@s de verlas como autoridad; o bien, asumiendo las implicaciones emocionales del “abandono” de la pareja, la soledad, la angustia y en muchas ocasiones el tener que asimilar que su pareja ya formó una nueva familia.

Otra mención especial en el tema de la migración merecen Las Patronas, mujeres de Amatlán Veracruz, humildes pero solidarias con l@s migrantes, sobre todo centroamerican@s, que pasan en el tren, mejor conocido como “La Bestia”, rumbo a Estados Unidos y que son víctimas de cualquier tipo de vejaciones en nuestro país.

Estas mujeres, hacen algo tan elemental como milagroso: ofrecer agua, comida, ropa y medicinas a quienes viajan en esos trenes, trepad@s en el techo o de pie entre vagones. Pero además, les brindan atención a herid@s y mutilad@s, les dan refugio, trabajo por breves temporadas y en ocasiones el escucharles en una plática amena es su ayuda invaluable.

Much@s de est@s viajer@s llevan semanas en territorio nacional y lo único que quieren es escapar del infierno de maras, narcos, migra y policía. Así que la ayuda de estas mujeres, representa la Esperanza. Ayuda que les dan, entre otras cosas, porque Las Patronas también tienen familiares que migraron.

En su constante ayuda, estas valientes mujeres se han enfrentado a la indiferencia y agresividad de algunos conductores del tren; a las habladurías de personas de su misma comunidad, que dicen, son “viejas locas sin qué hacer” y por si fuera poco, a las amenazas e intimidaciones de las autoridades y policías; todo por el simple hecho de ayudar.

En la mayoría de los casos, elegir la opción de migrar es la única oportunidad de sobrevivencia que les queda a estas personas, ante la crisis económica y las nulas oportunidades en su país. Sin embargo, la migración debería ser una opción de vida y no para la subsistencia; pero mientras esto pasa, las y los migrantes encontrarán personas como LAS PATRONAS que les devuelvan la esperanza en medio de la pesadilla que, vergonzosamente, implica para ell@s cruzar nuestro país y nuestro estado.

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