16 de mayo de 2011

EDITORIAL

LAS CARAS DE LA CORRUPCIÓN 

Llegará al Distrito Federal en próximos días una muchedumbre harta de la inseguridad y la ineficiencia del gobierno, procedente de distintas partes de la república, con posibles réplicas en las principales capitales del país; otra movilización así o de mayores dimensiones debería ocurrir, pero para exhibir y exigir castigo a los íconos de la corrupción y la impunidad.

¿ De qué sirve que haya gruesos expedientes contra servidores públicos de los tres niveles de gobierno, contralorías, órganos fiscalizadores, fiscalías especializadas y demás instancias revisoras y de vigilancia en las legislaturas locales y el Congreso de la Unión, si jamás vemos a nadie tras las rejas o por lo menos devolviendo lo que se robaron?

En nuestra región el caso Ramírez Cabañas es prueba fiel de que el viejo sistema priísta les funciona a alcaldes, síndicos, regidores, tesoreros, contralores, legisladores y hasta a los mismos gobernadores veracruzanos, para robar a manos llenas y con impunidad, pues todos entran al negocio del dinero mal habido.

Aunque el alcalde Manolo Sánchez dice que hay un dictamen por presunto daño patrimonial de 84 millones de pesos, otras voces expresan que el quebranto podría superar los 200 millones de pesos y que la prueba de que nada le harán al nieto de don Abraham D Contreras, es que una parte de ese dinero iría a manos de una red de complicidades de servidores públicos, incluido el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Otra cara de la corrupción es de mujer y en tan sólo cuatro meses ya mostró las uñitas: la presidenta municipal de Xalapa, Elizabeth Morales García, quien habiendo utilizado el sistema estatal de radio y televisión RTV en los tiempos de Herrera Beltrán para lucrar en todos los sentidos –social, económica y políticamente-, ahora despacha y se despacha con la cuchara grande desde su palacio municipal.
Para empezar, ocultó datos sobre su sueldo mensual al no revelar que su “compensación” supera los 200 mil pesos; hizo un viaje a España del 19 al 23 de enero pasado sin aclarar el monto de sus gastitos; y negó el acceso a la información sobre los pagos que mes a mes la tesorería del ayuntamiento destina a Diario de Xalapa, para imagen personal y halagos, claro con cargo a los contribuyentes. ¿Cuántas notas se han publicada de Elizabeth en DX en estos cuatro meses y a qué costo?

Muy cerca de ahí también despacha el gobernador Javier Duarte de Ochoa, actor de primera línea, por ejemplo, en el caso de los Tiburones Rojos del Veracruz, que ya no pudieron regresar a la Primera División, pues una red de corrupción atrapó a los escualos, dejándolos a la deriva.

Ya desde 2006 se venía documentado cómo entre los periodos de Miguel Alemán y Fidel Herrera, se tomaron 1,500 millones de pesos del erario público para “rescatar” al equipo de fútbol que nos representa como afición, metiendo de prestanombres a gente tan perversa como Rafael Herrerías, el del negocio de los toros, y hasta hijos y familiares de los dos gobernadores. Como titular de la Sefiplan, Duarte de Ochoa supo de todas las operaciones y el destino del dinero de nosotros los contribuyentes. ¿Se procederá contra alguno de ellos?

Por cierto, despacha ahora en Sefiplan Tomás Ruiz González, otro de los rostros de la corrupción, quien tiene la encomienda de arreglar el tiradero de la bursatilización y de diseñar la operación “tapadera” para disfrazar el escándalo, la corrupción y el dispendio del sexenio de Fidel Herrera, pasándole desde luego la factura al pueblo de Veracruz e incluso a los ayuntamientos.

De acuerdo a datos revelados por medio de solicitudes de información, invocando la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información, a su paso por Banobras Tomás Ruiz recibió como aguinaldo en el año 2000 apenas 25 mil pesos, pero subió a 290 mil pesos en 2001 y a 448,407 pesos en 2002; en viajes de representación, con cargo al erario público, se gastó por concepto de viáticos en Chile 30 mil pesos; 44 mil en EU; otros 170 mil en Madrid y Amsterdan; y cantidades similares en viajes por Portugal, Brasil, Londres y Paris. Como director de la Lotería Nacional hizo lo mismo y gastó sin límites. Viajó por Sudáfrica, Canadá, Argentina y otras ciudades de otros continentes, entre 2004 y 2005.

La semana pasada, en Nueva York, Ulises Ruiz fue corrido de un hotel-restaurante por la comunidad mexicana radicada en esa urbe, en reclamo por la represión y la corrupción en sus seis años al frente del gobierno de Oaxaca. Otra cara de la impunidad en el México contemporáneo.

De acuerdo a la titular de la Contraloría y Transparencia del gobierno de Gabino Cué, Perla Woorlich, después de 17 auditorias se detectó un presento desvío de recursos por 1,735 millones de pesos, y añadió que también se presume un uso indebido de dinero del programa Seguro Popular “por miles de millones de pesos”. Se ignora todavía el alcance de esa denuncia y si el Congreso del Estado y el Poder Judicial castigarán o perdonarán a Ulises y demás cómplices, en este periodo de la “alternancia”.

Como se ve, los rostros de la corrupción están en todas partes y el espacio aquí no alcanzaría para llenar toda una galería de esa fauna nociva, a la que ya hay que combatir de otras formas, pues meras denuncias mediáticas, no penales, no harán sino abonar a un mayor hartazgo por tanta rata, hasta que el pueblo se decida acabar con ellas de otro modo, haciéndose justicia por su propia mano, como tal vez ocurra pronto también con la delincuencia, si las cosas no mejoran ni con grandes marchas al Distrito Federal.

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