30 de abril de 2011

EDITORIAL

¿ AMPLIAR O REVOCAR EL MANDATO?

México necesita refundarse desde abajo, devolviéndole a los ciudadanos el poder que le han robado funcionarios de los tres niveles de gobierno, los tres poderes de la Unión y los tres principales partidos políticos. Urge instalar la revocación del mandato, para no seguir pensando que cada tres y cada seis años, elegimos a nuestros propios verdugos.

Una de las expresiones más crudas del hartazgo ciudadano, invocada por el escritor y poeta Javier Sicilia en Morelos, pero que hace tiempo cruza el territorio nacional de norte a sur y de oriente a occidente es la de que ¡Ya estamos hasta la madre¡

Obligado a salir de su confort personal y familiar, por la violenta muerte de su hijo, el intelectual logró llamar la atención nacional e internacional, e incluso su protesta en Cuernavaca movilizó a miles en una docena de capitales de los estados.

Incluso Sicilia fue más allá y exigió la renuncia del gobernador Marco Adame Castillo, la de los alcaldes de Cuernavaca, Jiutepec y Temixco, así como la de diputados de Morelos, por ser omisos en garantizar la seguridad para la ciudadanía. O sea: que cobren y que se vayan. O sea: que se les revoque el mandato, por negligentes.

Sin duda que esta ye es una gran muestra de valentía ciudadana ante el crimen y la pequeñez de nuestros gobiernos, pero no todos los ciudadanos de a pie somos Javier Sicilia. A lo largo y ancho de la república mexicana, miles o millones de hombres y mujeres son agraviados por la delincuencia, que con impunidad y/o complicidad de gobiernos, policías y soldados roba, mata, viola y atemoriza los 365 días del año.

No sabemos tampoco si las renuncias se den, pero anima saber que viene pronto otra megamarcha desde Cuernavaca hacia el Zócalo del DF, que hará su entrada a la ciudad de México el 8 de mayo, que probablemente exija también la renuncia del presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa, por los más de 30 mil muertos de su estrategia contra el narcotráfico y la delincuencia.

Por ello, el Congreso de la Unión y los congresos de los estados deben saber interpretar los signos de los tiempos, para que antes de que el hartazgo derive en ingobernabilidad, sabotajes, caos y espiral de violencia generalizada, se instale la figura de la revocación del mandata, como contrapeso fundamental al autoritarismo, la corrupción y la negligencia de los servidores públicos y demás disque representantes populares.

Colocado el tema en la agenda legislativa, debe conducirnos ya a una verdadera reforma política, para que se acredite a los ciudadanos el derecho a invocar la revocación del mandato, que nos permita exigirles la renuncia a los alcaldes, gobernadores, presidentes de la república y legisladores, antes de la terminación de su periodo, cuando no nos cumplan.

En otras palabras, se trata de pasar de la democracia representativa (que nos limita a votar en cada elección, pero dejándoles todo el poder a los servidores públicos), a la democracia participativa, en la que ahora sí, el que va a ejercer el poder será el Pueblo, que en cualquier momento puede poner de patitas en la calle a cualquier funcionario gandul.

Por lo pronto, el gobernador de Veracruz ya desentonó con esta lógica, pues en vez de incorporar la revocación del mandato como figura política en nuestra propia constitución, nos viene a salir con que hay que ampliar el periodo de gobierno de los alcaldes, de tres a cuatro años.

Sólo hay que ver cómo en nuestra región, al menos en los municipios de Coatepec, Xico, Teocelo, Ixhuacán y Cosautlán, el abasto del agua en cantidad y calidad suficiente no ha sido garantizado por alcaldes y gobernadores en los últimos 10 años, pues la negligencia de rojos, azules y amarillos sigue campeando por toda la geografía de la región.

Si a eso le añadimos inseguridad, mínimos apoyos a la educación, pobreza extrema, migración, abandono del campo, daños irreversibles al medio ambiente y falta de oportunidades para mujeres y jóvenes, hay razón suficiente también para decir que en nuestra región ya también estamos hasta la madre, por lo que si no hay cambio de rumbo y actitud, con o sin revocación del mandato los vamos a correr. ¡ Ya basta¡

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