Por: Amos Sánchez
Hoy, el mercado global exige de los seres humanos su mejor rendimiento en lo que respeta a los bienes y servicios. No puede competir con las máquinas, por tanto su capacidad de producción radica en su capacidad de pensar, principalmente en la solución de problemas cotidianos.
Desde el punto de vista de la globalización económica, todos tenemos la obligación de producir bienes y servicios, desde el niño (a) que va a la escuela, ya genera conocimiento; el padre, la madre, generan trabajo para sustentar la economía del hogar. Esto nos lleva a tener una vida muy exigente en cuanto a la productividad económica del hogar.
El trabajar 10 ó 12 horas diarias el padre y la madre, con dos o tres salarios mínimos cada uno, puede llevar a mantener el ritmo de vida económico acorde a las exigencias del mercado global. Dedicar al trabajo más horas es señal de una buena economía familiar, por tanto, dedicar tiempo a la cocina en el hogar, genera trabajo, pero no genera salario, así pues es necesario pasar el menor tiempo en la cocina. La mujer que trabaja para obtener un salario, no puede darse el lujo de permanecer en la cocina haciendo la comida, poner la olla de café como lo hicieron nuestras madres y abuelas, hoy día resulta económicamente improcedente. Por lo anterior, es necesario consumir alimentos preparados, incluyendo el café, el café soluble desde luego.
Los cafés arábigos, poco a poco van a ir desapareciendo, mientras el mercado siga exigiendo del ser humano su máximo esfuerzo, los cafés arábigos quedarán reducidos sólo a las cafeterías, es entonces que los cafés solubles serán los que más se consuman en los hogares mexicanos, porque son muy fáciles de preparar.
El café soluble pertenece a la especie cofea canéphora de la variedad robusta originaria de Uganda y el Congo. Es una planta muy alta, de más de 10mts de altura, es resistente a los nematodos. Se produce en tierras de 750 metros sobre el nivel del mar, de fruto pequeño con poca acides, y el doble de cafeína que los arábigos y con mucha solubilidad.
Esta variedad de cafés son los que actualmente empresas de gobierno quieren impulsar y exigirle al productor de café la siembra. Para los empresarios este café soluble es el ideal, porque en México hay muy poco y es la materia prima que ellos necesitan, además es muy barato. Para el productor de café, este tipo de variedad cafetalera no le beneficia en nada, su destino sería ser esclavo de la compañía NESTLÈ y tarde o temprano optaría por cambiar de cultivo a caña de azúcar a cultivos básicos como maíz, frijol o yuca y en el peor de los casos a producir marihuana o coca, cultivos actualmente ilícitos pero rentables para subsanar la miseria cafetalera. Un ejemplo de esto, está en Colombia, en el municipio de Caqueta.
Señores empresarios, señores políticos de México, no es un partido político o una empresa, somos todos, incluyendo a los campesinos cafetaleros, tomemos decisiones por México no por la empresa o el partido.
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