18 de noviembre de 2009

La sartén por el mango: Los Transgénicos

Verónica Carrillo

El tema de la semana es la siembra de transgénicos. La mayoría hemos escuchado algo, pero realmente ¿qué hay detrás y por qué se está discutiendo?
Primero descubramos qué es un alimento transgénico. Según Wikipedia (la enciclopedia virtual): son todos aquellos que fueron producidos a partir de un organismo modificado genéticamente. Tratando de aclarar, es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir una característica deseada. En la actualidad hay mayor presencia en los alimentos procedentes de plantas transgénicas como el maíz o la soya.
Lo que sí deberíamos saber todos es: los alimentos transgénicos no siempre contienen las proteínas que poseen los cultivos tradicionales y que se transfieren de generación a generación…
Los transgénicos son productos del campo cuyos aportes nutricionales están en duda. El alimento que compramos hoy en día es de segunda, porque lo de primera sale del país. Y a esto le agregamos un producto sin los nutrientes necesarios: ¿Genial?
Y es que al principio los políticos argumentaban las grandiosas ganancias que obtendrían los campesinos. Después de que los campesinos han descubierto que no es cierto, respondieron que “bueno no se volverán ricos pero las cosechas no se verán afectadas por ratas, topos, pestes y que las enfermedades no afectarán para nada sus cultivos y que de este modo no tendrán pérdidas, por lo cual tendrán mejores rendimientos.
Analizando un poco. sabremos la verdad: la semilla transgénica producida por algún laboratorio es estéril, es decir, que los campesinos estarán obligados de por vida a comprar sus semillas. Imaginemos un mundo donde un laboratorio es dueño de la semilla, y que esa planta no es autosuficiente para reproducirse por sí sola.
¿Y eso en qué nos afecta? Fácil al controlar ellos el producto desde su origen, es decir desde la semilla, pondrán el precio a la comida como quieran. Es un mercado mundial al cual, los políticos con los empresarios aspiran a controlar.
Sí, es cierto que las plagas destruyen los cultivos, y los laboratorios inventaron los pesticidas, pero al final de cuentas nosotros terminamos comiendo... Todo esto provoca una variedad de enfermedades que -quizá- no conocemos todavía. La naturaleza está comandada por ecosistemas, y si los animales y los vegetales ven afectados sus alimentos estaremos destruyendo también una cadena alimenticia, que quieran o no nos va a perjudicar.
De forma gratuita, los biólogos y los ingenieros en agronomía muestran muchas formas de mantener a las pestes fuera de sus plantíos y que éstas también se alimenten y sigan la cadena de vida, y serían alimentos más sanos en su estructura interna y sus nutrientes limpios, pero los políticos ignoran esta información, persiguiendo sus intereses económicos.
Con esto se descubre el gran negocio que están tratando de vendernos. Si caemos ¿tendremos tiempo de arrepentirnos? Porque otra vez y como siempre, los ricos serán más ricos y nosotros más pobres…

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