Bety Mora
Desde hace 25 años empezamos junto con mi esposo a elaborar el mole. Inicié haciendo 2 kilos, después fuimos incrementando las ventas, ahora hacemos 3 toneladas. Cuando comencé, lo que menos me gustaba era lavar todo el trasterío que me quedaba.
Mi hijo estudió Administración de Empresas y también se encarga del negocio. Lo vendía por cuartito entre mis amistades, en una bolsita lo andaba ofreciendo, hasta que la gente se convenció que era mejor comprarlo que hacerlo, y cada día mejoramos la calidad.
Aprendí a hacerlo porque ayudaba a mi abuelita y a mi mamá, aún conservamos la receta de la abuela. Mi esposo diseñó las máquinas para mover las batidoras, caseras pero con gran tecnología. Empezamos con un molinito de café donde molía 2 kg. de chile ancho y mi esposo en una paila pequeña lo movía con la pala y se cocinaba en leña, pero al aumentar las ventas diseñó una batidora más rústica de las que tenemos ahora, toda de madera, luego le metimos el quemador y compramos un horno eléctrico más grande. Hoy en día las máquinas son más actualizadas, las pailas mueven 120 kg. Son de acero inoxidable y los molinos son industriales. Tenemos todas las precauciones que deben tener las fábricas.
Hay épocas en que se tiene muchísimo trabajo, pagamos horas extras. Nuestros trabajadores tienen todos los servicios, ellos nos responden y nosotros también, los tratamos como parte de la familia. Tenemos 30 trabajadores de planta y otras personas a las que les llevamos a sus casas chile ancho para que lo limpien y pelen, son como 80 personas en total. Hay departamento de elaboración, departamento de embasado, choferes y contadores.
Yo ahora ya no lo hago, participo en la supervisión, vigilando que tenga el mismo sabor, que no le falte nada, que no se les vaya a pasar ningún producto, todo producto tiene que ser revisado antes de entrar al proceso.
Recuerdo que cuando empecé a venderlo costaba 12 pesos el kilo, ahora está en 40 pesos por mayoreo. Hay que revisar que los 18 productos que lleva sean de la mejor calidad, que el chile ancho esté limpio, de ahí todo es frito en pailas de acero inoxidable y se pasa a los molinos, de granos y de chiles, se fríe durante 3 horas, lo dejamos unos días de enfriamiento y finalmente se envasa en diferentes presentaciones. Lo distribuimos en tiendas como COSTCO, Sams, Comercial Mexicana, Chedrahui y varios restaurantes en México. Mi hijo es el que se encarga de comercializar y llevar la contabilidad. Lo distribuimos por toda la república. También está fuera del país, lo mandamos a Suiza por barco, y en España, Malasia, Italia, Argentina, Nueva York, otras personas se encargan de comprarlo y exportarlo.
Fuimos de los primeros en vender mole, ahora Xico se volvió el “Pueblo del Mole”. Hay mucha competencia y es bueno porque eso nos exige tener mejor calidad. Aunque el mole es nuestro producto más vendido, también hacemos pasta para chile seco y la pasta para barbacoa. Ésta última sólo en Xico la vendemos.
Recuerdo que cuando empezábamos, fui invitada por la esposa del Gobernador Dante Delgado, al World Trade Center de México, y el mole lo llevamos en bolsitas y se nos regó la grasa en la alfombra del lugar que era muy elegante. Cuando estaba de gobernador Dante Delgado, recibí mi primer reconocimiento, me gané la “Charola de Plata”, en un concurso del platillo más rico. También en Puebla he reconocido muchos reconocimientos y nos han invitado a varios programas de televisión.
Mi mensaje es para que las personas emprendedoras no se desesperen, porque nosotros nunca nos imaginamos que de una cazuela de mole íbamos a pasar a ser una gran empresa. Entonces, si tienen en mente un proyecto, échenlo a andar.
Felicitamos a la familia Suárez Gálvez por su esfuerzo y perseverancia, Especialmente a doña Carolina por ser una mujer emprendedora y exitosa. Si usted está interesada o interesado en comprar este rico mole, puede hacerlo en la calle de Hidalgo 174, en Xico, en horario de de 9 A.M. a 9 P.M., teléfono 813 04 27 o visitar la fábrica en el kilómetro 1 entrando por la carretera Coatepec-Xico.
Mi hijo estudió Administración de Empresas y también se encarga del negocio. Lo vendía por cuartito entre mis amistades, en una bolsita lo andaba ofreciendo, hasta que la gente se convenció que era mejor comprarlo que hacerlo, y cada día mejoramos la calidad.
Aprendí a hacerlo porque ayudaba a mi abuelita y a mi mamá, aún conservamos la receta de la abuela. Mi esposo diseñó las máquinas para mover las batidoras, caseras pero con gran tecnología. Empezamos con un molinito de café donde molía 2 kg. de chile ancho y mi esposo en una paila pequeña lo movía con la pala y se cocinaba en leña, pero al aumentar las ventas diseñó una batidora más rústica de las que tenemos ahora, toda de madera, luego le metimos el quemador y compramos un horno eléctrico más grande. Hoy en día las máquinas son más actualizadas, las pailas mueven 120 kg. Son de acero inoxidable y los molinos son industriales. Tenemos todas las precauciones que deben tener las fábricas.
Hay épocas en que se tiene muchísimo trabajo, pagamos horas extras. Nuestros trabajadores tienen todos los servicios, ellos nos responden y nosotros también, los tratamos como parte de la familia. Tenemos 30 trabajadores de planta y otras personas a las que les llevamos a sus casas chile ancho para que lo limpien y pelen, son como 80 personas en total. Hay departamento de elaboración, departamento de embasado, choferes y contadores.
Yo ahora ya no lo hago, participo en la supervisión, vigilando que tenga el mismo sabor, que no le falte nada, que no se les vaya a pasar ningún producto, todo producto tiene que ser revisado antes de entrar al proceso.
Recuerdo que cuando empecé a venderlo costaba 12 pesos el kilo, ahora está en 40 pesos por mayoreo. Hay que revisar que los 18 productos que lleva sean de la mejor calidad, que el chile ancho esté limpio, de ahí todo es frito en pailas de acero inoxidable y se pasa a los molinos, de granos y de chiles, se fríe durante 3 horas, lo dejamos unos días de enfriamiento y finalmente se envasa en diferentes presentaciones. Lo distribuimos en tiendas como COSTCO, Sams, Comercial Mexicana, Chedrahui y varios restaurantes en México. Mi hijo es el que se encarga de comercializar y llevar la contabilidad. Lo distribuimos por toda la república. También está fuera del país, lo mandamos a Suiza por barco, y en España, Malasia, Italia, Argentina, Nueva York, otras personas se encargan de comprarlo y exportarlo.
Fuimos de los primeros en vender mole, ahora Xico se volvió el “Pueblo del Mole”. Hay mucha competencia y es bueno porque eso nos exige tener mejor calidad. Aunque el mole es nuestro producto más vendido, también hacemos pasta para chile seco y la pasta para barbacoa. Ésta última sólo en Xico la vendemos.
Recuerdo que cuando empezábamos, fui invitada por la esposa del Gobernador Dante Delgado, al World Trade Center de México, y el mole lo llevamos en bolsitas y se nos regó la grasa en la alfombra del lugar que era muy elegante. Cuando estaba de gobernador Dante Delgado, recibí mi primer reconocimiento, me gané la “Charola de Plata”, en un concurso del platillo más rico. También en Puebla he reconocido muchos reconocimientos y nos han invitado a varios programas de televisión.
Mi mensaje es para que las personas emprendedoras no se desesperen, porque nosotros nunca nos imaginamos que de una cazuela de mole íbamos a pasar a ser una gran empresa. Entonces, si tienen en mente un proyecto, échenlo a andar.
Felicitamos a la familia Suárez Gálvez por su esfuerzo y perseverancia, Especialmente a doña Carolina por ser una mujer emprendedora y exitosa. Si usted está interesada o interesado en comprar este rico mole, puede hacerlo en la calle de Hidalgo 174, en Xico, en horario de de 9 A.M. a 9 P.M., teléfono 813 04 27 o visitar la fábrica en el kilómetro 1 entrando por la carretera Coatepec-Xico.
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