2 de agosto de 2008

Un gordo problema

Por: Verónica Carrillo

A la hora de conjuntar la información para hacer este artículo, pensé que sería mejor no “echarles rollos”, pero después de estar escribiendo un rato, me indigné y dije ¡sí! Me dieron ganas de reflexionar un poco sobre los problemas de sobrepeso que este país sufre, y digo que es un sufrimiento porque no existe autoridad alguna que limite el abuso excesivo e indiscriminado de publicidad de ¿comida? chatarra.

¡Abusados! Los medios de comunicación hacen de todo un espectáculo. Ahora son los gorditos y ahí vamos todos a ¿divertirnos? de los gorditos de Televisa. Después, está esa campaña de Elige estar bien contigo ¿Qué significa? Si realmente la televisión mexicana quisiera comprometerse verdaderamente con la población mexicana que la mira, eliminaría TODOS los comerciales que sólo mal informan y confunden a la población de lo que es la verdadera salud. Ya empezaron otra vez con su Teleton (tos) que va a ser promocionado y mantenido por toda la comida chatarra e industrializada que produce Bimbo, Coca Cola, Barcel, Sabritas, Procter and Gamble, Kraft Products, Pepsi Cola, Marinela, Sonric´s, Burguer King, Domino´s…(de veras, qué flojera pensar en estos).

El sobrepeso va acompañado de enfermedades cardiacas, cerebrovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer. Naturalmente, el costo de estas enfermedades es absorbido por las instituciones públicas de salud, es decir, nosotros y nuestros impuestos y no por las empresas que se enriquecen con la venta de bebidas y alimentos chatarra.

Bueno, ya que me desahogué, ahora sí, va:

Durante muchos meses hemos estado leyendo, viendo y escuchando el grave problema de salud pública que es el sobrepeso, la gordura o la obesidad. Las estadísticas son alarmantes entre todos los sectores de la población mundial. La peor parte la llevan los niños que sufren la gordura por irresponsabilidad de los padres.

Entonces decidí buscar y escoger algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a mejorar nuestra dieta mexicana e incrementar nuestra salud a través de la nutrición.

Primero me pregunté: ¿Cuál sería una buena dieta? Y me enteré que la mejor dieta es la que los expertos llaman dieta mediterránea. En lugar de hablar de dieta, deberíamos hablar de vida mediterránea, porque no sólo se trata de una forma de alimentarse, sino de una forma de vida con costumbres tan saludables como tomar una siesta y tener un trabajo en el cual se requiera una gran actividad física, con un gasto alto de energía, como la agricultura.

Se llama dieta mediterránea porque es la costumbre alimentaria de los países que se localizan en el Mar Mediterráneo, entre el sur de Europa y el norte de África: España, Italia, Francia, Grecia y Portugal. Los nuevos descubrimientos en bioquímica y nutrición humana revelaron los secretos de una sabiduría milenaria.

La dieta mediterránea consiste en:

1. Abundancia de alimentos de origen vegetal: frutas, verduras, pan, pasta, arroz, cereales y legumbres. Conviene que sean carbohidratos complejos (pastas, arroz, pan y legumbres) y no simples (helados y pan dulce). Recordar que el supuesto pan integral de Bimbo, no es integral, es harina blanca refinada y coloreada, adicionado con salvado de trigo.

2. Consumir alimentos de temporada en su estado natural, escogiendo siempre los más frescos.

3. Utilizar el aceite de oliva como grasa principal, tanto para freir como para aderezar. De preferencia el aceite virgen prensado en frío que se consigue en los súpers.

4. Consumir diariamente una cantidad moderada de queso y/o yogurt.

5. Consumir semanalmente una cantidad moderada de pescado, preferentemente azul y aves. El pescado azul posee un alto contenido en ácidos grasos Omega-3. Los más magros o carnosos: besugo, chicharro, trucha, jurel, pez espada y palometa; los semigrasos: bonito, sardinas frescas, boquerones o charales, anchoas; y los más grasos: caballa o verdel, atún fresco, salmón, salmonete, arenques, angulas y anguilas.

6. Consumir oleaginosas (nueces) y aceitunas en poca cantidad.

7. La carne roja dos veces al mes.

8. Consumir vino tinto con moderación durante las comidas.

9. Utilizar las hierbas aromáticas como una alternativa saludable en vez de la sal.

10. Realizar alguna actividad física regular para hacer trabajar al corazón y mantener en forma las articulaciones y músculos.

Probablemente piensen ¿De qué me están hablando? Y digan: ¡Pero si yo no como esto! Además es muy caro. Pero recordemos que lo más valioso es la salud. Se trata de que aprendamos a comer diferente. Yo sé, por experiencia, que al principio no es fácil, hasta da miedo (¡Ay nanita!). Pero debemos intentarlo, como cuando aprendimos a caminar, un pasito a la vez y verán que la vida se nos hace menos pesada.

No hay comentarios: