16 de abril de 2008

Pemex no está en bancarota

Por: Verónica Carrillo
En el 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera lo que tenemos es una crisis, un aspecto de la crisis política, en donde el petróleo se ha situado en el centro de la discusión entre la clase política: entre izquierda y derecha, entre el gobierno y la oposición.

Revisar la historia se hace indispensable. A mediados del siglo XIX surgieron dos grupos ante la crisis e inestabilidad política: los conservadores, herederos de los europeos centralistas y antirreformistas que defendían el dogma católico, el poder de la iglesia y su influencia en la educación y, por otro lado, los liberales federalistas, reformistas y progresistas que buscaban la libertad de pensamiento y expresión, educación laica y separación de funciones entre la Iglesia y el Estado. Entre los primeros había criollos defensores de los intereses españoles. Sus oponentes, “antiespañoles” pero, al servicio de Estados Unidos. El triunfo de la Independencia, de la instauración de la Constitución, de los principios de soberanía que nos da identidad nacional como mexicanos se deben a esta corriente liberal.

Prácticamente del inicio de la Revolución Mexicana de Madero en 1911 hasta 1938, México enfrentó un conflicto sistemático con las empresas petroleras. Lázaro Cárdenas, en nombre de la soberanía nacional, decidió emitir la Ley Expropiatoria de las compañías petroleras extranjeras y se implantó el control obrero de la industria.

Así surgió PEMEX, en uno de los pocos momentos históricos en que se reivindicó a plenitud la soberanía y la relativa independencia nacionales. Entonces se observa un elemento histórico para salvaguardar al petróleo como una empresa mexicana y pública. En función de esa historia, está la insistencia de preservar el control completo del petróleo, que por cierto, hay una buena parte de la población que no está conciente del trabajo que costó todo esto.
Probablemente en otros países sea distinto, pero aquí no.

León Trotsky (Lider revolucionario, ruso exiliado en México, 1879-1940) calificó así el acontecimiento: “La expropiación petrolera no es ni socialista ni comunista. Pero representa una medida altamente progresiva de autodefensa nacional. El gobierno de México que no es para nada comunista, desarrolla una política progresista”.

Pemex no está en bancarrota, ni es una empresa fracasada como la pintan los neoliberales, herederos de los conservadores criollos. Es la empresa más rica del país.

El gobierno de Fox ha sido el que más dinero ha recibido por ingresos petroleros en toda nuestra historia. Durante su sexenio ingresaron 335 mil millones de dólares por concepto de ingresos petroleros. ¿Y dónde está ese dinero? La mayor parte se fue por el caño de la corrupción y la otra se utilizó para hacer más oneroso el gasto gubernamental, el gasto burocrático. Considerando los ingresos normales del presupuesto aporta más del 40 por ciento de los recursos fiscales. El monto de ingresos brutos en 2006 fue de más de 100 mil millones de dólares, con una rentabilidad envidiable (el costo del barril de petróleo es de cuatro a cinco dólares y su precio en el mercado es de más de 80 dólares).

En 2007, la Cámara de Diputados fijó el presupuesto con base en un precio por barril de petróleo de 42 dólares y el promedio de ventas fue durante ese año de 75 dólares el barril. Entonces se calcula que se obtuvieron un poco más de diez mil millones de dólares de excedentes en el precio.
Este año, algo todavía más increíble: los diputados, que ya conocían cómo se había comportado el precio del petróleo en el 2007 aprueban, un precio por barril de 49 dólares y ha llegado el precio de barril de petróleo de la mezcla mexicana a más de 80 dólares. Ahí hay otro excedente.
¿Cómo se distribuyen estos excedentes? Bueno, 75 por ciento los maneja la Secretaría de Hacienda y 25 por ciento, que es como una regalía para que los gobernadores de los estados convenzan a los legisladores de que voten por el precio del petróleo que les indica Hacienda.

No hay razón para decir que PEMEX no es rentable. Estamos explicando los excedentes y no el presupuesto, los ingresos normales.

Para construir las tres refinerías que necesita el país y dejar de comprar la gasolina en el extranjero se requiere 100 mil millones de pesos (que es igual a diez mil millones de dólares), lo que se obtiene de los excedentes por los altos precios internacionales del petróleo.

Cabe destacar, que México compra el 40 por ciento de la gasolina que consume, porque desde hace 25 años no se construye una nueva refinería en el país. Se compra gasolina en el extranjero por diez mil millones de dólares, que es lo que cuesta construir las tres refinerías que hacen falta, o sea, lo que se paga por compra de gasolina en un año es lo que costaría construir las tres refinerías para dejar de comprar la gasolina en el extranjero. Parece increíble, la única idea que han tenido estos políticos neoliberales de derecha ha sido la privatización de PEMEX.

He constatado a través de mi vida como mexicana, que nosotros somos un pueblo que demostramos mucho respeto por la autoridad y nos imaginamos que los que nos gobiernan son gente responsable, que se preocupan por los asuntos públicos, que realmente les preocupa lo que pasa en el pueblo, pero no es así. Hoy estamos ante una situación muy especial.

Sólo si el petróleo permanece como propiedad de la nación tenemos los mexicanos la esperanza en convertirlo en palanca de desarrollo para industrializar a México, crear empleos, fortalecer el mercado interno, bajar el costo de la luz, del gas, de las gasolinas”.

En el 70 Aniversario de la Expropiación Petrolera estamos ante una disputa por la nación. Considero que es el petróleo lo que va a definir qué país queremos a futuro, si queremos seguir siendo eso, un país, o nos vamos a convertir en una colonia.

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