5 de abril de 2008

El calambre del gasolinazo

Por: Rodrigo Soberanes
Caricatura: Abril Riveros

Los comerciantes mayoristas en Xalapa no esperaron la llegada del gasolinazo para aumentar los precios de los productos básicos. En pequeños comercios ya se registraban alzas sustanciales desde principios de diciembre.

Los pequeños comerciantes que venden productos básicos al público se enteraron desde principios del mes pasado que los precios se habían elevado. Cuando se toma esta medida, no se puede hacer nada "porque si no les quieres comprar les da lo mismo", dice José Evaristo Aguilar García, dueño de una tienda de abarrotes del Mercado de los Sauces.

Antes del gasolinazo, por ejemplo, el costal de azúcar ya había subido de 260 a 305 pesos, la botella de aceite pasó de 12 a 17 pesos y la Nutrileche aumentó su costo de 9 a 11 pesos. Según el comerciante, en cuanto se supo que aumentaría la gasolina, los abastecedores subieron "parejo" los precios, "no hay nada que no haya subido".

Aún cuando el salario mínimo se estableció sólo en 49.50 pesos. La afluencia de clientes no ha bajado, según Evaristo Aguilar, debido a que los productos que vende son básicos, sin embargo, en su caso tiene un presupuesto fijo para abastecerse, esta cantidad no va a variar, por ende, el surtido de su tienda podría disminuir. "Ahora hay que buscarle para encontrar buenos precios. Hay que seguir adelante".

El señor Miguel López, dueño de la verdulería "Socorrito" del mismo mercado, no se ve muy preocupado por el aumento del precio del combustible, "ya de por si viene caro todo". Pero si por la dificultad que supone para él la mudanza de los mayoristas del Mercado de San José a la Central de Abastos. Para esto -dice- es conveniente tener un camión de redilas que haga rentable el viaje, un lujo que pocos minoristas se pueden dar.

A ambos comerciantes se les preguntó si tienen la forma de reaccionar de alguna forma, es decir, de hacer algo que no sea sólo esperar el golpe económico. La respuesta de los dos fue que no. Cuestionarles sobre las causas del alza de precios entre los minoristas nos lleva a los mayoristas, y estos nos mandan a sus proveedores. "Si a nosotros nos aumentan, tenemos que aumentar también los precios", dijo una trabajadora de uno de los escasos puestos que quedan en el Mercado San José y que no quiso decir su nombre.

De la impotencia a la risa

La señora Silvia Victory y su hija, Dulce María Victory, platicaban sobre las carencias que se avecinan, fuera de su casa en la calle Poeta Jesús Días del centro de Xalapa, en medio del trajín del comercio que hay en esa zona. Como buenas mexicanas, reían en lugar de sufrir.

Dice doña Silvia que "antes no dormía pensando en los gastos", incluso llegó a caer enferma a causa de las preocupaciones, sin embargo, sustituyó el estrés por la resignación, y santo remedio. "porque las medicinas también están bien caras". -¿A qué se dedica usted?- "soy simplemente María (...) Ya mejor nos reímos, a ratos lloramos, nos enojamos pero luego nos reímos".

Es un hecho que la economía familiar está sufriendo un nuevo golpe, el dinero sigue siendo el mismo pero los precios no, no obstante, existe otro tema que les quita el sueño, según Dulce María, empleada del ISSSTE, las preocupaciones son más a causa de las constantes llamadas telefónicas que reciben de parte de instituciones bancarias, de Telmex y de la Comisión Municipal del Agua: "A cada rato nos dicen que nos van a embargar".

El anunciado gasolinazo ha ocasionado que los comerciantes aumenten hasta en un 30 por ciento el precio de productos como el azúcar, el arroz o la tortilla, que en algunos lugares del país se ha vendido a nueve pesos el kilo. La crisis de los precios alcanzó por supuesto a los reyes Magos, "a mi hija le disminuyeron los reyes", dice Dulce María.

Si bien el aumento es reciente, sus economías han sufrido más "desde que entró Felipe Calderón" a la presidencia de la República.

(16 de enero de 2008)

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